Una película al día #101: “Koolhaas Houselife” (2009)

La vida real de la Arquitectura

[ por: Andrés Daly ]


Cuestionando la Imagen

Dentro de la sección de “una nueva mirada”*, la película sobre Julius Shulman y la fotografia habitada (Visual Acoustics, 2009), fue una perfecta antesala para la temática de a esta película. Esa determinación del fotógrafo por colocar en muchos casos figuras humanas dentro de las fotos, entendiendo que si bien toda imagen es simulación por definición, demostraba que en el caso de la fotografía de arquitectura enfocada en las viviendas era siempre preferible – a pesar del enojo del arquitecto Richard Neutra por ejemplo – el colocar muebles (una simulación dentro la simulación) o establecer la ubicación de personas en una imagen que permitir el vacío siempre solemne de los espacios vacíos, de los lugares donde aparentemente no se da la vida.

La fotografía y cine sobre arquitectura –y muy especialmente de arquitectura famosa o del llamado Star System de la arquitectura internacional, los llamados “Arquistars”- aquella que sale en revistas, libros, blogs, webs, y otros medios de difusión es, muy generalmente, la de una arquitectura perfecta, sin desgaste, sin mantención, sin gente, atemporal, sin clima, sin polvo, sin el cotidiano.


Ups.

El cine

En el caso del cine documental de arquitectura, se le malinterpreta en muchas ocasiones como poco mas que una imagen en movimiento, una fotografía que puede realizar un paneo, un zoom o bien un travelling muy bello –desplazamiento que simula el recorrido de un pie o el acercamiento de la vista- pero que es muchas veces, poco mas que la experiencia virtual de estar parado frente a un edificio o recorrer fragmentos de él. La experiencia perfecta de un lugar que en la gran mayoría de los casos, no podremos visitar nunca, más que a través de la imagen.

Esto no es realmente propositivo ni revelador. El cine, el buen cine, cuestiona. Nos deja preguntas, igual que un buen libro y en el caso del buen cine sobre arquitectura, puede ser una mirada crítica tanto a la ciudad donde vivimos –mostrándonos una situación que no conocíamos o cambiando el punto de vista sobre lo que asumíamos solo de una forma determinada- como también una mirada crítica a los edificios construidos, pero desde un prisma que permita quebrar paradigmas establecidos. En este caso, la perfección de lo construido y de la propia imagen. La arquitectura es vulnerable, es real: el tiempo le pesa. A unos edificios mas que a otros.


Living Architectures

Pocas películas lo hacen de forma tan simple y radical, en este género, como la serie Living Architectures de Ila Beka y Louis Lemoine. El enfoque de Living Architectures busca oponerse a esa imagen establecida, para elegir al cotidiano, a la realidad como –valga la redundancia- la verdad. Escogiendo para esto cinco edificios, principalmente, de lo que los autores  llaman los “Arquistars”: Richard Meier, Frank Gehry, Renzo Piano, Rem Koolhaas, y la oficina de Jacques Herzog & Pierre de Meuron.


La serie: Títulos / Edificios / Personas

  • Koolhaas Houselife: La nana -Guadalupe Acedo- de la Casa Burdeos de Rem Koolhaas.
  • Xmas Meier: La comunidad y el párroco de la Iglesia del barrio Tor Tre Teste, en Roma.
  • Pomerol Herzog & De Meuron: los recolectores de uvas del viñedo Jean-Pierre Moureix, Comedor diseñado por Herzog & de Meuron.
  • Gehry’s Vértigo: Los limpiaventanas del Museo Guggenheim de Bilbao, España.
  • Inside (Renzo) Piano: Empleados de la Firma B&B en Italia.

Estos edificios, independiente de lo que las revistas nos muestran, no son sólo habitados o caracterizados por las formas vacías y llenas, la luz, su material, sus valores estéticos, su funcionalidad –que suponemos apropiada- o la evidencia clara de su buen diseño. Hay personas que viven en ellos, que los mantienen. Esto es habitualmente pasado por alto.

Despojar a la arquitectura premiada, mil veces fotografiada y registrada en croquis, lugares de peregrinación en muchos casos (como la casa Burdeos de este documental), removidos ahora del velo de lo sagrado, de la irreal perfección y del mito para mostrarnos sus detalles, sus imperfecciones, ¡se llueven!, las puertas no cierran muy bien, la escalera es quizás muy pequeña para subir con baldes y escobas, pero todo sin un prisma de maldad, sino que con la más pura honestidad.

Una visión documental que tiene además bastante humor (cortesía de Guadalupe, la nana que vive y mantiene la casa Burdeos diseñada por Rem Koolhaas), lo que se agradece y resta nuevamente a esa solemnidad impuesta por otros títulos.



El formato audiovisual

Con cámara en mano, múltiples seguimientos en plano secuencia, recorremos de forma fluída entre un piso y otro siguiendo a Guadalupe, que nos muestra su rutina diaria y establece observaciones sobre el edificio. Recorridos que permiten entender, de forma directa y en varios casos sin el artificio del montaje, como se conectan realmente los espacios y cuales son sus proporciones: puestos además a prueba por una mujer no muy delgada, hay que agregar.


Subjetividad

Como en la serie, todo esto los veremos a través de varias visiones excepto la de sus arquitectos. Estos quedan, con suerte, en los extras del DVD mirando los documentales: un poco impactados –pues estas películas se pueden interpretar como una visión no muy halagadora también – pero complacidos finalmente por la propuesta realista. Porque como dicen Beka & Lemoine: la arquitectura tiene una belleza vulnerable.

Visiones subjetivas, personales de los que realmente los conocen, los viven como dice el titulo de Living Architectures, día a día; quizás por años. ¿Quiénes viven en ellas y quienes las mantienen vivas?.

En muchos casos, expresiones sin filtro, aunque como en el caso de Guadalupe, la nana de este documental, quizás con un poco de miedo inicial a expresar su crítica expresa a la casa, porque después de todo como ella dice es solo su trabajo limpiarla: “no tengo por que criticar a mis empleadores, sus decisiones o gustos. Menos los del arquitecto, pero…”.

Koolhaas Houselife estrenado el año 2009, filmado en digital, división en capítulos por palabras, frases, hábitos y usos. Un retrato en 6 días, y a distintas horas del día, de la realidad.


Una nota: David Claerbout.

Un experimento llamado Bordeaux Piece (2004) fue realizado por el artista audiovisual David Claerbout en la casa Burdeos. Basado en El desprecio de 1963, de Jean Luc Godard – la historia de una crisis matrimonial en medio de un rodaje- Claerbout filmó un cortometraje que se compone de 7 escenas de dos minutos aproximadamente cada una, lo que dan un total de 14 minutos. Cada escena se filmó 70 veces, durante todo un día para cada escena, grabando cada toma cada 10 minutos, siempre de la misma forma. Todo dura entonces 13 horas y 43 minutos, un corto que se repite una y otra vez, donde cada vez importa menos la historia y es la luz cambiante en cada variación la protagonista, junto con “el fondo” como dice Claerbout: la casa y el paisaje.


*P.D. Este texto fue parte de la charla de introducción preparada para la película, proyectada el día Jueves a las 19:00 en la UNAB. El Ciclo: La Arquitectura en el Cine, sigue todos los jueves.


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