Dossier David Fincher: El curioso caso de Benjamin Button

El arte de contar la misma historia

[ por: Constanza Khamis ]

Desde que en 2008 apareció en los cines “El Curioso Caso de Benjamin Button” las comparaciones con el anterior éxito del guionista Eric Roth, Forrest Gump, comenzaron a aparecer por todas partes. Abundan artículos y videos en youtube que comparan las dos cintas, y claro, si las semejanzas son evidentes. El personaje principal es el mismo. Un hombre “diferente” al resto, que aprende a caminar con dificultad, conoce al amor de su vida muy joven, ella se va a vivir a la gran ciudad, él se va a recorrer el mundo, se embarca con un capitán alcohólico,  participa en una guerra, se reencuentra con el amor, tiene un hijo, le da miedo que el hijo sea igual a él. Además, como filosofía de vida, Benjamin y Forrest repiten los sabios consejos de su madre, sobre lo impredecible de la vida. You never know what´s comming for you, dice Queenie. Sin metáforas sobre cajas de chocolate, el mensaje es el mismo.

Es un cuento conocido. La manera que tiene Fincher de contarlo es lo que hace la diferencia. No sólo llaman la atención las transformaciones físicas de los personajes, que son lo primero que salta a la vista. Son las ambientaciones y el recorrido por la historia reciente de Estados Unidos, logrados de manera admirable, lo más destacable en la historia del hombre que nació viejo.

El paso del tiempo se refleja tanto en los personajes como en la escenografía, que logra ubicarnos temporalmente a través de cada detalle, y que podemos observar con calma gracias a una cámara tranquila, que se mueve suave, elegante y reposada. De manera lenta, tal vez, lo que a momentos puede resultar tedioso, pero es la manera de retratar la calma de Benjamin, la elegancia de Daisy, y lograr notar detalles como los leves cambios en la casa de Queenie a medida que Benjamin se hace cada vez más joven. Quizás sea uno de esos casos en que la forma la que supera al fondo, y los detalles estéticos son más importantes que lo que se quiere decir, pero estos detalles superan a la mayoría de las historias.

Es probable que la mayoría de las críticas surjan porque es una película poco esperable de un director como David Fincher. Se aleja de los escenarios lúgubres a los que estábamos acostumbrados;  no hay espacios cerrados, ciudades lluviosas, ni violencia irracional. Se echa de menos esa aproximación al lado más oscuro y sombrío de la humanidad que caracteriza al director.

Ésta vez Fincher asume una visión más positiva de la vida, al contar la historia de un hombre diferente y su lucha contra la adversidad, y quizás por eso es menos aceptada entre sus seguidores y la que cuenta con más nominaciones a los premios a Oscar de sus películas. En el mundo de Button la vida es un regalo y no un problema. Es un mensaje cliché y repetido hasta el cansancio sobre las cosas importantes en la vida: el amor y la familia; pero que está rodeado de imágenes bellas y de una capacidad de narración que hacen que valga la pena repetir una historia contada miles de veces.

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