Underground: cine, arquitectura y poder

[ por: Miriam Parra ]

En el cine, el tema del poder, es por medio del manejo de las imágenes, por parte de los creadores. En ese sentido son ellos los que dominan lo que se quiere mostrar y cómo mostrarlo.

El sobrepasar los límites espaciales, lograr que las imágenes sean una herramienta efectiva para mostrar la realidad alternativa que se propone y las formas de hacer descubrir un espacio limitar o dejar fluir, son parte de las decisiones del creador.

En Underground, la separación espacial dependía directamente del enfrentamiento entre el poder y la ignorancia. El creador define explícitamente los espacios de los dominadores (superficie) y de los dominados (subsuelo), apostando mayor claridad al guión que los relaciona a partir del engaño y el desconocimiento.

Las relaciones de poder, en arquitectura no se transmiten a través del discurso, sino que con el hacer.

El poder hace de la arquitectura un elemento a industrializar. Con la arquitectura moderna, por ejemplo, sucedió que la estandarización de los modelos nos equipara también a los habitantes de una ciudad, permitiendo así la facilidad de manejar el tipo de vida que debemos llevar o que decidir. Para la mayoría de los sujetos que no se relacionan con las tendencias, ven la arquitectura moderna como un modelo siempre igual, posiblemente porquelo que han visto no se acerca a lo que realmente esta significa y solo se acercan a aquello que nos satura, lo pseudo-moderno; mostrándose como característica principal de esta la falta de decoro, cuando el significado de la arquitectura moderna es mucho mas que eso.

Un ejemplo es la distinción entre corrientes espaciales en arquitectura moderna. El movimiento orgánico v/s el funcionalismo. Aunque tienen en común la utilización del plano libre,lo entienden de manera completamente distinta. Mientras en el funcionalismo nos encontramos con Le Corbusier, arquitecto que tiene la concepción geométrica de la planta libre en la Villa Savoye: que consta de una malla regular de columnas que encierra en cuatro paredes , la problemática comienza cuando en su interior las divisiones no son estáticas, logrando la flexibilidad de los ambientes. Por otro lado, el movimiento orgánico con Wright y su obra mas conocida Falling Water, propone la planta libre como el resultado final de una conquista que se expresa espacialmente partiendo desde un núcleo central proyectando los vacíos en todas direcciones, teniendo en cuenta al habitante como un ser único, por lo tanto, tiene su propia forma y espacio para vivir. La diferencia entre ambas se da por como el funcionalismo aspira a ser modelo de estandarización por la visión generalizada del espacio, en donde no caben las particularidades. Podemos volver a comprobar el patrón de Le Corbusier, por estandarizar la medida en su obra El Modulor.

Con esto quiero suscitar el debate en cuanto al poder, y como este llega a ser una herramienta, en tanto podemos manejar las sensaciones de quienes se someten, como sucede en el cine con la administración de la técnica para provocar una impresión del espectador, y como en arquitectura, el poder se manifiesta cuando nuestras obras son capaces de adecuarse a necesidades de quienes están por sobre el ciudadano común, tanto así que dominan su manera de vivir, logrando una homogenización no solo de forma, sino que también de pensamiento conveniente para manipular política, económica, y socialmente. Me pregunto entonces si ¿la dominación va de la mano con el acto del hacer?.Ya que lo que creamos es para un espectador o un usuario, o si ¿nuestra manera de hacer debe contemplar en todos los casos las relaciones de poder que se gestaran a partir de ella?


Miriam Parra, fue alumna del curso Cine+Arquitectura, en la Facultad de Arquitectura de la Universidad ARCIS, en el año 2007. Actualmente cursa la carrera de Arquitectura en la misma Universidad. La publicación de su escrito en este sitio forma parte de la difusión de un conjunto de ensayos seleccionados. Corrección gramatical y ortográfica, descripción de imágenes y título de 35milímetros.

 

 

 

 

 

 

Bibliografía

Jorge Gorostiza; «El viaje por el límite. Exterior-Interior del espacio construido», Nosferatu, Revista de Cine, N. 16, Octubre 1994, pp.42-45.

Bruno Zevi; “Saber ver la arquitectura”Ediciones Apostrofe, Barcelona 1998