Cuando Keira conoció a Joe

[por: Alba Reigada Tierro]

Son varios los casos de un tándem de actor-director que acaban convirtiéndose casi en personas indisolubles la una de la otra por la cantidad de trabajos juntos, pero también por la enorme calidad de prácticamente todas sus colaboraciones.  Leonardo DiCaprio y Martin Scorsese representan uno de los ejemplos más claros del a veces eterno enamoramiento que surge entre intérprete y maestro, y es que ya van camino de su quinta colaboración y con muy buenos resultados, de hecho, se dice que la carrera de DiCaprio comenzó a repuntar a raíz de sus extraordinarias interpretaciones a las órdenes del todopoderoso Scorsese.

Ejemplos aparte, parece que un nuevo dúo mágico se ha formado, y para ser más concreta, los protagonistas de esta nueva combinación son tan británicos que su primer trabajo juntos rezumaba estilo british por los cuatro costados. La actriz Keira Knightley y el director Joe Wright van camino ya de su tercer trabajo juntos después de Orgullo y Prejuicio (2005) y Expiación (2007), ambos filmes inspirados en obras literarias de indudable calidad y fama.

Keira Knightley representa uno de esos ejemplos de actrices raras, de una carrera salpicada de trabajos de lo más variopintos que simplemente ejercieron la función de catapultar a la actriz hasta el Olimpo, al menos de las revistas y del perfume de Chanel. Son 28 los filmes en los que ha participado hasta el momento, uno más que los años que ha cumplido en marzo, pero todavía no ha conseguido deslumbrar del todo a la industria.

Se hizo conocida gracias a la valiente Elizabeth Swann de Piratas del Caribe, pero aunque esta franquicia de Disney la llevara a acaparar algunos focos, fue otra Elizabeth la que le proporcionó las primeras mieles del éxito a esta joven intérprete.

 

Y entonces llegó Jane Austen

Cuando en 2005 se estrenó otra adaptación más de la novela Orgullo y prejuicio, nadie apostaba porque tuviera más parecido, más atmósfera y más de la esencia de su autora, Jane Austen, casi que el propio libro, pero así fue. Un inexperto director llamado Joe Wright, curtido en la televisión y mimado por la Academia Británica, dio en el clavo de un filme que no sabía a aburrimiento, vestidos de volantes y matrimonios concertados solamente, sino que se sumergía en el universo Austen y conseguía arrancar a Keira Knightley la mejor interpretación de su carrera como la rebelde y romántica Elizabeth Bennet.

Knightley fue nominada al Oscar a la mejor actriz por este trabajo y como no, Joe Wright llegó a ganar de manos de la Academia británica el Bafta al mejor director novel.

 

Expiando pecados

Para ambos, Orgullo y prejuicio significó un triunfo y no dudaron en unirse de nuevo, esta vez bajo un título mucho más dramático y potente. En este caso, la novela era de otro británico, Ian McEwan, con una historia mucho más enrevesada y cargada de emociones que el orgullo y los prejuicios de Austen. Knightley comparte cartel con James McAvoy en un filme que comienza poco antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial y que adapta una narración de mentiras, intenciones destruidas y destinos frustrados. McAvoy como Robbie, y Knightley como Cecilia, son los grandes protagonistas de una dramática historia de amor que Joe Wright resolvió en algo más de dos horas, y que fue candidata a 7 Oscar  y ganadora de dos premios Bafta: mejor película y mejor diseño de producción. Además, nos dejó una de las escenas eróticas más admiradas de la historia del cine: el famoso fragmento de Cecilia y Robbie en la biblioteca.

Y de la biblioteca de 2007, al presente, donde Knightley y Wright intentan coronarse definitivamente con una de las historias más conocidas y aclamadas de todos los tiempos, la adaptación de la Anna Karenina, de León Tolstói. Una mujer enamorada de un hombre que no es su esposo y que se verá en la difícil encrucijada de escoger entre su familia y su corazón, todo mezclado con los tintes y aromas de la alta sociedad de la Rusia del siglo XIX, un tipo de cine ya conocido por la actriz y el director. En el reparto destaca un caracterizadísimo Jude Law como el esposo de Anna, a la que interpreta Keira, por supuesto.

Veremos si consiguen éxito de taquilla y crítica con Anna Karenina (estreno en Estados Unidos en noviembre). De momento lo que está claro es que no hay dos sin tres.

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