La Noche de la Iguana

Hace un buen rato -años- que no iba a los ciclos de la Sala Cine UC, que suelen tener siempre una programación muy cuidada. Que buena sorpresa fue poder ver un par de películas esta semana que nunca había visto y de forma gratuita en el nuevo ciclo «Mujeres Icónicas del Cine», que se presenta hasta el 25 de marzo

 

Reverend Dr. T. Lawrence Shannon

Es el nombre que lleva nuestro protagonista y que le encanta pronunciárselo -así, completísimo- a quienes quieran y no quieran escucharlo. Richard Burton vive para siempre en mi memoria en esa obra maestra que es «Quién le teme a Virginia Woolf?» (1966, Mike Nichols) junto al amor y ¿enemiga mortal? de su vida, Elizabeth Taylor, en una batalla actoral magistral. Luego de esa película, desde hoy a Burton lo podré identificar también como este Reverendo, bajo la dirección de John Huston. El Reverendo Dr. T. Lawrence Shannon es un personaje de antología: acelerado, parlanchín (era que no), manipulador, mentiroso, mujeriego, estafador y perdedor, la historia sigue las últimas aventuras del Reverendo Shannon por Puerto Vallarta, México. Transformado en guía turístico de un montón de señoras de tercera edad a las que sin duda timó para subir arriba de su destartalado bus, Shannon vive el día a día juntando algunos pesos, llevando a las pobres señoras de un lugar a otro, mientras espera que un obispo le permita regresar a Estados Unidos. ¿Por qué está exiliado este reverendo? pues por varias acusaciones en su contra que confirman una relación suya con una muy…muy joven profesora de la comunidad que presidía. Expulsado de ella en una secuencia inicial memorable, el Reverendo vive su infierno personal en México.

Charlotte y Shannon

En el bus, para peor, hay una joven de dieciséis años años llamada Charlotte que es la hija de un millonario y ha sido desterrada de su ciudad natal para alejarla de un pretendiente. Charlotte está obsesionada con el Reverendo y solo quiere meterse a la cama con este demonio. Esta Lolita, bastante más inocente e infantil eso sí, está interpretada por la Lolita original, Sue Lyon, que vimos en la película de Kubrick dos años antes de este largometraje estrenado en 1964. Mientras Shannon jura que no va tocarle un pelo a la adolescente que lo persigue constantemente, la desesperada cuidadora de esta joven, Miss Judith Fellowes (Grayson Hall, excelente) no le quita un ojo pues sabe muy bien que el Reverendo es un asco de ser humano. Luego de un episodio en una noche de hotel, Fellowes no puede más y cuenta los minutos para llegar al próximo hotel y denunciar a Shannon. «Te voy a arruinar la vida» le dice al tipo que ya lo perdió casi todo. Pero como el espectador puede atestiguar, Shannon merece la furia de este personaje.

En un último recurso, el Reverendo desvía el bus hacia otro hotel, completamente vacío y administrado por su amiga Maxine (Ava Gardner, hipnótica) con tal de poder agraciarse con las señoras y evitar seguir cayendo en desgracia. Aquí conoceremos a Hannah (Deborah Kerr), una pintora que viaje con un hombre en sus último días, su abuelo poeta, pagando sus estadías con sus obras, de hotel en hotel.

Hannah y el delirante Shannon
Maxine al rescate.

Desde aquí, la obra de Tennessee Williams, autor de Un tranvía llamado deseo –de la puedes leer un excelente texto aquí o escuchar este podcast– nos hará vivir las horas más frenéticas de Shannon en este hotel, rodeado de y enfrentado a todas estas mujeres distintas. Mientras algunas lo odian a muerte, otras lo aman en secreto, otras simplemente lo desprecian e ignoran por el daño que efectivamente hace. Shannon se enfrenta así al fracaso de su propia identidad. La crisis que el personaje exuda es lo más memorable de su rol. Mientras tanto, Maxine y Hannah abren sus propios mundos y conocemos qué es lo que las ha llevado a este alejado rincón del mundo.

Otras obras de este dramaturgo ya han mezclado hábilmente estas observaciones del errático comportamiento humano, las pasiones que nos mueven y que nos hacen entrar en conflictos con otros. Los diálogos de la obra transforman algunas escenas prácticamente en un trance para el espectador, viendo cómo los personajes desengranan todo aquello que llevan escondido muy adentro de ellos mismos. ¿Encontrará Shannon un destino nuevo, en un lugar que le parecía un camino sin salida?.

 

 

La Noche de la Iguana
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