Una película al día #17: “Deliver us from evil” (2006)

[ por: Andrés Daly ]

«I made up my mind. There is no God. I do not believe in a God, all right? All these rules, everything… they’re made up by man, you know?» – Bob Jyono

Esta semana, seguiré con un grupo de documentales: «Deliver us from evil», «Road to Guantanamo», «¿Y tú cuanto cuestas?», «Zeitgeist», «Man on Wire», «Our Daily Bread» y finalmente, el domingo, «Jesus Camp».

El primero de ellos, es el perturbador seguimiento a un pedófilo, que durante 30 años se escudó de sus múltiples crímenes dentro de la corrupción y el ocultamiento que un grupo de personas dentro de la Iglesia Católica Norteamericana le prodigó; esta es la historia del viejo sacerdote irlandés Oliver O’Grady.

Oliver O'Grady en el parque

El documental sigue los rastros dejados por O’Grady, desde su llegada en la década de los 70’s a EE.UU hasta la actualidad, en libertad en Irlanda, tras siete años en prisión.

Combinando material de archivo, entrevistas a las víctimas, hombres y mujeres que fueron abusadas por O’Grady en diferentes etapas de sus vidas – una de ellas tenía tan sólo nueve meses cuando comenzó a ser abusado- y una serie de entrevistas actuales a O’Grady, el documental me impactó profundamente por estas últimas: la total desfachatez y calma conque el mismo O’Grady explica los hechos ocurridos desde su punto de vista. Hacia el final del documental, O’Grady busca expresar, para mayor horror del espectador, un manipulado arrepentimiento que se ve reflejado previamente en viejas entrevistas en video que se registraron entre un momento y otro de su vida, entre abusos.

“He was the closest thing to God that we’d know” – La familia de una de las víctimas, refieriéndose al Padre Oliver O’Grady

La directora Amy Berg nos lleva tristemente de parroquia en parroquia durante tres décadas, separadas unas de otras por tan sólo 50 millas, transportándonos de un crimen a otro. El documental postula y entrega como evidencias entrevistas del Cardenal Roger Mahony, responsable de varias de las múltiples transferencias de O’Grady de un territorio a otro, para proteger así su propia ascensión al poder dentro de la Iglesia.

OliverO'Grady.jpg

Como la punta del iceberg de un problema conocido por todos quienes desean informarse y evitado larga y obtusamente por la Iglesia Católica, el filme sigue finalmente a un reducido grupo de personas abusadas por O’Grady (que en una de las escenas mas perturbantes de la película camina en libertad por un parque en Irlanda, mirando relajadamente a los niños y confesando a la cámara con total franqueza sus «debilidades») a un viaje a la Ciudad de Vaticano para pedir una audiencia con el Papa. La puerta de ésta, sin sorpresa alguna, se cierra rápidamente en sus caras.

Mañana: «Road to Guantánamo».