Entrevista a Valentina Avayú, directora chilena radicada en EE.UU.

[ por: Constanza Khamis ]

Valentina buscaba conocer nuevas culturas y distintas mentalidades, para así crear su propio punto de vista, uno que pudiera traspasar a sus películas. Postuló con 20 años, y sin muchas expectativas, al American Film Institute, y quedó seleccionada. Habiendo pasado por ahí, siente una gran responsabilidad por haber estudiado en el mismo lugar que algunos de los grandes directores de nuestros días, como David Lynch o Terrence Malick.

Viviendo en Los Ángeles, dejó de lado los temas sobre la identidad chilena que se proponían en las escuelas de cine en Chile, y encontró una manera más introspectiva y personal de contar historias, donde los personajes y su intimidad son el elemento principal. Como en su cortometraje The Magician, sobre la muerte y el proceso de duelo por el que pasa una familia ante la pérdida, y que fue estrenado en Cannes.

Ahora se aventura con un proyecto más personal, sobre una pareja que en sus intentos por salvar la relación termina por hacerse daño. Está basado en la paradoja de Schopenhauer, que explica cómo los puercoespines cuando tienen frío deciden juntarse para darse calor unos a otros, pero el contacto excesivo hace que se hagan daño unos a otros al clavarse sus espinas. Esta historia le da el nombre a su primer largometraje; Porcupine, el proyecto que tal vez la trae de vuelta a nuestro país.

¿Cómo llegaste a estudiar en el American Film Institute?

La idea de irme de Chile partió de curiosa. Me parecía muy importante salir de mi zona de confort y conocer diferentes culturas, diferentes mentalidades. La verdad es que siempre tuve mayor sensibilidad con el cine Europeo pero aun así termine en Estados Unidos, creyendo que si no era ahora jamás viviría ahí. Con la idea de irme fuera en la cabeza, vi una película llamada «Happy Endings» donde el protagonista quiere estudiar cine en AFI. Buscando un poco me enteré del conservatorio y apliqué. Jamás pensé que entraría, no tan solo por el prestigio, pero el mínimo de edad era 21 y yo tenía 20,  por lo que desde el primer llamado hasta el primer día de clases viví asustada que se enteraran y me des-aceptaran.

¿Qué significó para ti estudiar en un lugar tan importante para el mundo del cine?

Me acuerdo que el primer día de clases nos llevaron a una sala de cine y nos mostraron un clip con todas las películas que han salido de la mano del alumni, películas de Terence Mallik, David Lynch, Todd Fields y Darren Aronovsky, entre otros. Cuando miré al resto de mis compañeros me di cuenta que todos lloraban. Creo que ese minuto dramatizó muy bien lo que fue estudiar en el conservatorio: una tremenda sensación de validación y responsabilidad.

The Magician

El cortometraje “The Magician” está basado en un cuento, al igual que Among Birds and Bees, tu segundo corto ¿Por qué decidiste llevarlos a la pantalla?

The Magician es uno de los cuentos mejor escritos, intuitivo y visual, que he leído. Una vez que lo leí no podía no producirlo y eso le pasó a todo el equipo. Cada persona que recibió The Magician aceptó traducirlo en el segundo que termino de leer.

Con «Birds And Bees» fue una cosa más de timing.  Se presentó la oportunidad de hacer un cortometraje mientras yo escribía mi largo y parar el proceso para escribir otra historia me pareció mala idea. Entonces leí el primer capítulo del Memoir de Barbara Patrick y encontré la historia de la niña interesante. Lo que me cautivó fue que visualmente la historia tenía tanto elementos bellísimos como violentos, y esa dinámica es original.

 ¿Tienes planes de lanzar estos proyectos en Chile?

Me encantaría. ¡Me tienen que aceptar en los festivales!

Sabemos que te encuentras en proceso de preproducción de tu primer largometraje, ¿Sabes dónde se va a filmar?

Todo es tentativo pero estaríamos filmando Abril-Mayo en Los Angeles a menos que recibamos fondos como para filmar en Chile. Ahí filmaríamos el próximo invierno.

Anteriormente has trabajado en equipo para dirigir (con Taylor Alexander Ward en The Magician y Paris P. Pickard en Among Birds and Bees) ¿Piensas trabajar de la misma manera para tu largometraje o vas a trabajar sola?

No, este proyecto es muchísimo más personal y lo voy a dirigir sola.

¿Qué nos puedes contar sobre esta nueva película? ¿Tiene un título? ¿Puedes adelantar algo sobre la trama?

La película se llama «Porcupine» (Puercoespín) y trata de una pareja en el intento de salvar su relación. Más que eso es sobre un hombre tratando de entender porque herimos a quienes más queremos, tratando de entender pequeños actos de sadismo que aparecen en él sin control.  London es ciega y Graham es su principal cuidador, pero él abusa de esta dinámica. La película está basada en la parábola del puercoespín del filosofo Arthur Schopenhauer, en la que para combatir el frio los puercoespines deben unirse para crear calor, pero por culpa de sus púas terminan hiriéndose entre ellos. Schopenhauer concluyó que a pesar de las buenas intenciones, no existe intimidad sin daño substancial.

El cine chileno ha ido creciendo, pero vemos poca presencia femenina, especialmente en la dirección. ¿Qué opinión tienes sobre el cine chileno en general y papel de las mujeres en él?

He estado sorprendida con la cantidad de películas chilenas que encuentro en festivales. La residencia de Cannes ha tenido chilenos constantemente los últimos años y la calidad/cantidad de historias y voces ha crecido rápidamente desde que me fui de Chile. Siento que los cineastas están haciendo películas sobre lo que les pasa a ellos y eso es muy honesto e interesante. Me acuerdo que hacer películas sobre la «identidad chilena» era el objetivo cuando estudiaba en Chile y ha habido un cambio hacia la introspección que crea películas más emotivas además de crear diversidad. Quizás solo he visto el buen cine chileno pero no deja de impresionarme. Por eso en un minuto pensamos en situar la película en Chile, un espacio aún libre y emergente donde me encantaría seguir desarrollando.

Acerca de la presencia femenina, es de esperar. Desde el inicio el cine ha sido de mayor dominio masculino y en una industria que recién empieza es de esperar esa proporción de hombres y mujeres…. Pero ya habrá más.

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