Anatomía de una Caída

Las películas sobre juicios son un género en sí mismo, con grandes exponentes como este dúo del director Sidney Lumet: “El Veredicto” (1982) con un espectacular Paul Newman, un abogado decadente dando una última batalla para recuperar algo de dignidad, recitando las palabras del gran David Mamet o “Doce hombres en pugna” (1957), la película definitiva de un jurado deliberando sobre el destino de un acusado. Largometrajes que desafían al espectador a no sólo preocuparse del destino de los personajes, sean estos los acusadores, las víctimas, los abogados, jueces y jurados, sino que al mismo tiempo ir armando un rompecabezas con las piezas que el guión y la dirección hábilmente le vayan develando, durante el desarrollo de la historia. La nueva película de la directora francesa Justine Triet (Sibyl, Victoria) se inscribe en la categoría de las grandes de su género. 

“Anatomía de una caída” se inicia cuando Samuel, un hombre -que no vemos- pero que estaba trabajando en la construcción de un ático, en lo alto de su cabaña familiar, cae inexplicablemente hacia su muerte sobre la nieve del primer piso. Las miradas de la policía se colocan inmediatamente sobre Sandra (Sandra Hüller), su esposa que dice haberse quedado dormida en un piso intermedio de la cabaña, a pesar que Samuel tenía puesta la música a un volumen excesivo mientras trabajaba. Las sospechas aumentan porque varias evidencias apuntan a que el matrimonio estaba desde hace un tiempo en un estado catastrófico y con discusiones verbales bastante violentas entre ambos. ¿Algún testigo que verifique la historia de Sandra?: no, pues su único hijo, Daniel (Milo Machado), es no vidente y había salido de paseo con su perro Snoop por los alrededores. 

La película, astutamente, más que dedicarse únicamente a sembrar diferentes posiblidades de lo que ocurrió ese día y jugar al viejo juego del flashback, aunque hace uso de este recurso unas cuantas veces, se enfoca principalmente en ubicar al espectador junto a Sandra en el banquillo de los acusados. Nos hace experimentar el dolor de la protagonista al tratar de defender su supuesta inocencia, mientras su vida peligra con cada detalle de importancia que no contó por alguna razón personal y otros datos sobre la pareja que vamos descubriendo. La duda de todos quienes la rodean crece y crece. Es que en el desamor palabras y horribles actos han destruido lo que fue una pareja que se conectaba y para peor, estas han quedado registradas para que todos las escuchen. Ahora todo el mundo interior de esta relación se expone, incluso frente a su hijo. Sandra (Sandra Hüller es simplemente espectacular) está contra la pared y el espectador también comienza a dudar: ¿Y si ella no es inocente y estamos sentados junto al lado de una homicida? ¿Es una película con una macabra vuelta de tuerca final?. La película, a través de un fiscal determinado a destruirla, no duda en representar la mirada de una sociedad que quiere de inmediato un culpable al cual castigar. Pero, no, no puede ser. Es inocente…¿cierto? Pero si es inocente y ella no logra defenderse, ¿va a perder Sandra también su vida, pero esta vez en una prisión?.

Dudas, dolores de esta familia de Sandra, Samuel y Daniel que se ha fragmentado irremediablemente cuando el niño sufrió un terrible accidente en el pasado -el peso de las consecuencias de este episodio son abismales- y las penas privadas, ahora públicas para todos, se suceden en una película actuada y dirigida con hermosa precisión.

 

PD. Aplausos a uno de los mejores perros actores que se hayan visto en la historia del cine.

Anatomía de una Caída
4.5