La Pantera Rosa

Una injusta medida

[ por: Olivia S. ]

Érase una vez…

  • Como toda piedra de este tamaño, tiene un defecto.
  • ¿Un defecto?
  • Mínimo, su Excelencia
  • Si mira dentro de la piedra, percibirá una leve decoración. Se asemeja a un animal.
  • ¿Un animal?
  • Una pantera brincando.
  • Sí. Una pantera rosa.
  • Ven Dala. Un regalo para tu padre de su pueblo agradecido. Algún día sera tuyo. El diamante más fabuloso del mundo. Acércate.

Zoom a la piedra y comienzan los clásicos créditos de esta película, que obviamente los revisaré próximamente….

Y es que imposible concebir la vida sin imaginar inmediatamente a esa panterita rosa de los créditos, con esa única y majestuosa música, compuesta por Henry Mancini, que terminó convirtiéndose en una marca tan registrada, que me atrevería a decir que debe estar en el inconsciente de todo humano (si no está en el tuyo, no eres humano).

Cuando me pidieron escribir sobre Jake Blake inmediatamente se me vinieron a la mente mi padre y abuelo. Solían verla cuando yo era muy pequeña y se reían a carcajadas.

Reconozco que no soy fan de la comedias. No soy una amarga, pero en general los gags cinématográficos suelen molestarme en vez de lograr carcajadas, ni siquiera esbozar una sonrisa. Sin embargo, “La Pantera Rosa”, gracias  al maestro de Peter Sellers que se roba la pantalla con su torpeza tan extremadamente humana y estúpida por qué no decirlo, que hace de esta película una interesante comedia, cuando el guión pareciera no haber sido escrito en este genero. De hecho, si no fuera por la torpeza del Inspector Clouseau, se trataría de un policial.

La trama gira en torno a “El Fantasma” un ladrón profesional de joyas que ha sido el objeto de atención del Inspector por años. Con la pista de que la próxima víctima sea Dala, una mujer y dueña del diamante más cotizado “La Pantera Rosa”, todos se mueven a un centro invernal donde se desarrollarán la mayoría de los hechos. Hechos no tan cómicos, porque rápidamente descubriremos que la Sra Clouseau engaña descaradamente a su marido con Charles Litton, un Don Juan que logra engatuzar a Dala y donde ambos están involucrados en estos “misteriosos” robos. A ellos se les suma George Litton, sobrino de Charles, que ayudará también en el robo final. Todo para que ninguno de ellos logre robar la preciosa piedra, dado que Dala, inteligentemente se anticipó y se la auto robó antes que ellos llegarán. Sin embargo, la joya debe aparecer como desaparecida, sino el pueblo de Dala la pedirá de regreso a lo que ella no está dispuesta y se confabula con el trio de estafadores para llevar a la corte a Clouseau y lograr declararlo culpable.

La ambición humana en todo sentido se ve absolutamente personificada en cada uno de los personajes, excepto Clouseau, el único inocente que termina siendo culpable. Un final injusto de esos que al rebobinar piensas…. ¿dónde está la comedia? Pues no está. Esto no es una comedia, es un drama policial, con un personaje que te hace reir por su constante torpeza, pero eso es solo una superficialidad, la esencia es triste, cruel, ambiciosa e injusta.

Dirigida post “Desayuno en Tiffanys” y “Días de Vino y Rosas” me encanta volver a ver esta película y tratar de entender la versatilidad como director de Blake, que puede filmar una elegante película, seguir con un excelente drama y luego con un policial con tintes cómicos (que si no fuera por la explotación posterior a Peter Sellers, difilmente se habría convertido en la franquicia que hoy es), donde el punto común son las personas… esos humanos solitarios, o auto-renegados por razones varias, aunque ellos no lo sepan.

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