Barrenderos Espaciales: Hay vida más allá de Marvel

En una época en que estamos sometidos a decenas de películas de ciencia ficción y fantasía extraídas directamente de los viejos cómics de Marvel y DC, propiedad intelectual registrada que ha sido un tesoro infinito para la casa de Mickey Mouse y en menor medida para el manicomio que es DC/Warner Brothers, que refrescante es poder ver historias originales en estos géneros. Misma razón por la que cuando escucho críticas a Avatar sobre su “poca originalidad” en mi mente la respuesta es ¿has visto últimamente la cartelera de los cines?; si James Cameron quiere realizar todos sus húmedos sueños azules sci fi en su propio universo y moviendo para ese fin a un ejército de cientos de artistas, tal como lo hizo George Lucas en su momento en Star Wars, bienvenido sea. Son islas en un océano de adaptaciones.

Sung-hee Jo escribe y dirige Barrenderos Espaciales, tal como lo hizo con sus dos películas anteriores Phantom Detective (2016) y A Werewolf Boy (2012), dándonos así, como predica el marketing de la cinta, “la primera película de ciencia ficción blockbuster” coreana. Afortunadamente la frase es correcta y la producción está a la altura de esta aseveración: sus efectos visuales, fantástico diseño de producción, historia, personajes y dirección no defraudan mayormente, convirtiéndola en una de las películas más entretenidas y originales que he visto en el último tiempo en estos géneros. 

En el futuro el nivel de chatarra espacial es tan alto que existen bandas de piratas espaciales que luchan por el botín del reciclaje. Mientras la batalla en el espacio es por unos pocos dólares de metales recogidos a altas velocidades (la chatarra espacial se desplaza como proyectiles), el planeta Tierra está casi desahuciado por la contaminación. Sobrevolando nuestro pobre planeta, anaranjado por los gases tóxicos, hay una gigantesca burbuja verde y azul, un paraíso de ecosistema artificial donde vive, oh sorpresa, el acomodado 1% para los que el planeta Tierra es un recuerdo casi nauseabundo. El Steve Jobs/Bezos/Musk creador de este paraíso, dictador de su violento ejército protector, siempre sonriente para las cámaras y supuesto benévolo benefactor del universo se llama Sullivan (Richard Armitage). 

En la nave Victory una banda de inadaptados viven siempre con la línea de crédito sobregirada cazando chatarra: el piloto Tae-ho (el padre sufrido en busca de su hija varada en el espacio, el aspecto teleserie coreana de esta película), la capitana Jan (más cool que varios Guardianes de la Galaxia juntos -algo hay de aquella película flotando aquí, es innegable- oculta algo turbio de su pasado), Tiger Park (el encargado del cuarto de máquinas, a lo Scotty en Star Trek) y el notable robot Bubs (muy similar en forma a K-2SO de Rogue One, pero con una personalidad vastamente mejorada). El encuentro con alguien inexplicable cambiará la dinámica entre los personajes y los transformará inesperadamente en algo más que vaqueros espaciales en busca del tren más cargado de oro. Muy entretenida.