Dossier Francis Ford Coppola: Apocalypse Now

El viaje que nunca se acaba

[ por: Alvaro Silva ]

Debo haber estado borracho para haber aceptado esto.

Estoy aquí, frente a una hoja en blanco y frente a mi, una película que es más que una película. Que es una institución del cine.Una obra maestra.Un filme que se seguirá viendo por los siglos de los siglos. Amén.

Definitivamente, hay pocas cosas más aterradoras que una hoja en blanco.

Me siento, de alguna forma, como debe haberse sentido Willard al recibir el encargo de acabar con el comando del Coronel Kurtz. Frente a algo más grande que el mismo, pero que en su esencia más pura era una parte de él.

Apocalypse Now. Una de las obras cumbres de la historia del cine. Una de las películas de las que mas debe haberse escrito, y que por supuesto, se seguirá escribiendo, por los siglos de los siglos. Amén.

Y yo sin nada que decir, o más bien, con muchas cosas que decir que, fijo, ya ha dicho gente mucho más inteligente que yo, o que al menos, escribe mejor de lo que nunca podré hacerlo yo. Me reservo la ambición de ser diferente. Y como ya todo esta dicho de Apocalypse now, sólo me queda recurrir a aquello que nadie nunca ha visto de la película hasta ahora.

La primera vez que vi Apocalypse Now debo haber tenido cerca de 12 años. Grandes Eventos, de Canal 13, doblada obviamente y en una versión seguramente censurada para televisión. Y esperaba algo en la linea de Mad Max, con ese título, estaba seguro que era ciencia ficción, obviamente apocalíptica. Y sólo encontré miedo. Debe ser una de las películas que más me aterró de pequeño. Era algo visceral, indescifrable. Había algo en esas imágenes, en ese lento vagar por ese rio, en esa locura que parecía contagiar a todos, como una peste salida de la jungla, que mi cerebro no alcanzaba a procesar y que sencillamente me aterraba, más que cualquier película de horror Era una película de guerra, y a esa edad jugabas a la guerra. Pero jugabas a Misión del Deber. No jugabas a Apocalypse Now. Nadie jugaba a ser el capitán Willard y la tripulación de la lancha que lo llevaba a su destino final. Nadie quería ser el Coronel Kurtz. Nadie podía ser el Coronel. Era muy misterioso, un ser indescifrable que siempre estaba entre sombras. Era malo, pero tambien era bueno. Te decían que estaba loco, actuaba como un loco, pero sentias en alguna parte que tenía la razón. Nadie podía ser Kurtz. En el mundo blanco y negro de los juegos infantiles, un personaje así no tenia cabida.

Segundo round: tercer año de universidad. Arriendo la famosa película en un video club cerca de mi casa. Los recuerdos son neblinosos, neblinas de colores, como esas señales de humo que usan para marcar los puntos de aterrizaje. Los terrores infantiles retornan. Sigue siendo la misma película que me perturbo de chico, pero ahora, creo, descifro un poco más del porqué de ese temor. Entiendo que mucha de la locura que se ve en la película nace precisamente del terror que viven los mismos personajes. La guerra es una putada, Coppola se aleja de cualquier convencionalismo y patriotismo trasnochado y entrega una película donde la guerra es el catalizador de lo peor del ser humano. De todo el mal y todo el patetismo. Entiendo tambien que ese río es una especie de sonda metida dentro del corazón humano, y que Willard se adentra en él para encontrar al final a Kurtz, una especie de Superhombre, al cual, la moral humana ya no es aplicable. El ya está mas allá de todos nosotros.Aunque entiendo más cosas (creo) el Coronel aún se me escapa. Aún no logro apreciarlo en toda su forma.

Lo siento, comando central. Misión fallida.

Tercer Asalto, hace unos días, mejor dicho, hasta este momento. Ahora sé más, y siento diferente. Entiendo algo del contexto en el que se hizo la película. Me he enterado de detalles que jamás me habría imaginado cuando vi Apocalypse Now las dos primeras veces. Aprecio esa fotografia perfecta, ese ritmo lánguido, pausado que te va llevando, poco a poco, como la lancha de patrullaje que lleva a Wilard por el río hacia el Coronel. Entiendo como la sonda que descubrí hace 10 años se mete lentamente, sin prisa alguna, rompiendo carne y huesos con una precisión milimétrica en tu corazón, en tu cerebro, en tu alma. En un mundo donde las utopias parecen fallidas, Apocalypsis Now se vuelve más actual que nunca. La forma descarnada y carente de todo cinismo con que retrata el hombre transformado en perro rabioso (ni para lobo le alcanza) para el hombre, es completamente atemporal. Y ese viaje. EL viaje.Willard viajando solo a través de la locura hacia si mismo, porque Kurtz es su padre. Es el refinamiento último de todo lo que le dió forma, y como tal, esta destinado a transformarse en él, sacrificándolo, como un ritual poderoso y antiguo, en el que su sangre le da una nueva vida, la vida de su progenitor. Un nuevo concepto de mundo, que muy dentro de él, siempre estuvo ahí y que se vió reafirmada cuando el destino lo puso en rumbo de colisión con Kurtz.

Pero aún siento que no entiendo, aún siento que El Coronel se escabulle entre las sombras de su templo y me habla desde lejos, leyendo un poema que habla de la inevitable caída. Aún no lo entiendo, y al verlo aparecer entre las sombras, ese temor infantil regresa. Inexplicable y fascinante a la vez. No puedo mirarlo a los ojos, como una serpiente, me hipnotiza con su hablar calmado, carente de emoción.

La lancha se aleja, el verde comienza a teñirse de rojo. Siento el olor de la victoria desde lejos, Kurtz se hace uno con esa oscuridad. Hasta la próxima Coronel, quizás, en mi siguiente viaje, sea capaz de mirarlo a los ojos y comprender un poco más. De mirar el cuadro completo.

Lo siento, Comando Central, misión, nuevamente, fallida…

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