Una película al día #26: “Un lugar en el Sol” (1946)

Dos mujeres, dos vidas

[ por: Andrés Daly ]

Un lugar en el sol es la patética historia de amores, crímenes, ascensión social (y rápida caída libre) de George Eastman, el permanentemente angustiado Montgomery Clift. George, es el clásico joven rural que llega a la ciudad sin nada más que el lejano contacto familiar de un hombre poderoso. Agregando su buena facha a la mezcla y el buen humor de su empleador, pronto George pasará de guardar calendarios en cajas a pasear en yate con Angela Vickers (Elizabeth Taylor), la sobrina del jefe y sus amigos acomodados.

La absurda desgracia creada por el protagonista se desencadena cuando éste, luego de salir con una de las chicas de la fábrica, la inmadura y psicopática Alice Tripp (Shelley Winters construyendo un personaje memorable), la embaraza poco antes de lo que parecía el comienzo de su nueva, próspera e ideal vida, en la alta sociedad junto a su novia (paralela), la nombrada Srta. Vickers. Después de un par de malabares mitómanos de Eastman entre ambas mujeres, Angela se enterará de todo y pondrá al protagonista y su lógica retorcida, en un problema que se resuelve, absurdamente, con asesinato.

Al contrario de “Match Point” (EE.UU, 2005. dirigida por Woody Allen), Eastman no tendrá el mismo destino que el afortunado azar le depara a su también angustiado, impulsivo y perfecto reflejo, el joven Chris Wilton (Jonathan Rhys Meyers), en ese excelente plano en que la evidencia del crimen de Wilton rebota y desaparece, para su suerte, sobre una baranda. No, para Eastman el encadenamiento de decisiones tan drásticas como inmorales tendrán un solo y triste resultado: ¡la silla!

Atención con la aparición del enérgico Raymond Burr (el inolvidable Sr.Thorwald de “Rear Window” de Alfred Hitchcock), como el fiscal Frank Marlowe, que se encarga de acusar a Eastman y ridiculizarlo en el juicio, haciéndolo subirse a un bote de madera.

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