Werner Herzog: Riesgo y verdad en el cine

Werner Herzog es mucho más que un director de cine. Es aventurero, narrador, provocador y maestro, un cineasta que entiende el cine como una forma de supervivencia. En el Festival Internacional de Cine de Venecia 2025, fue galardonado con el León de Oro a toda su trayectoria. Un premio que recibió con humildad y con la promesa de seguir trabajando:

Me siento profundamente honrado de recibir un León de Oro Honorario por toda mi trayectoria en la Bienal de Venecia. Siempre he tratado de ser un buen soldado del cine, y esto se siente como una medalla por mi trabajo. Gracias. »

Herzog subrayó que este reconocimiento no marca el final de su carrera:

No me he jubilado. Trabajo como siempre… todavía no he terminado. »

Werner Herzog durante el rodaje de «Into the Inferno»(2016)

 

Alberto Barbera, director del festival, elogió a Herzog como un «humanista visionario» y « último heredero de la gran tradición del romanticismo alemán». Describió su obra como fascinante y peligrosa a la vez, porque requiere entrega total y valor para asumir riesgos físicos. Herzog busca incansablemente «imágenes no vistas», más allá de lo evidente, que expanden nuestra comprensión del cine.

La entrega del premio fue realizada por nada menos que Francis Ford Coppola. En su laudatio, Coppola expresó su admiración:

Hay que celebrar que alguien como él pueda existir. »

Recordó cómo películas como Kaspar HauserAguirre, la ira de Dios y Fitzcarraldo lo impactaron profundamente y cómo la obra de Herzog irrumpió en su vida. Elogió la versatilidad del cineasta y cerró con una frase que permanece como un desafío:

Si Werner tiene límites, no sé cuáles son. La vida de Werner y su propia existencia representan un desafío para todos: cópialo si puedes. »

Francis Ford Coppola entregando el premio a Werner Herzog en el Festival de Venecia 2025.

Herzog se ve a sí mismo como alguien que trabaja con disciplina, valentía y entrega total. El miedo no tiene lugar en su vocabulario. Esta actitud no es un gesto, sino el resultado de una vida que constantemente buscó situaciones extremas: rodajes en la selva, sobre glaciares, cerca de volcanes o en desiertos. Sorprende también por su distancia respecto al cine mismo:

Quizás vea cinco o seis películas al año. Pero leo.»

Para él, la literatura, como The Peregrine de J.A. Baker, es esencial. Afina la observación de los detalles y aporta profundidad que se refleja en sus películas.  

Cada adulto debe superar sus propias «montañas». Los hombres tiran simbólicamente barcos sobre montañas, las mujeres encuentran sus propios caminos, pero todos deben enfrentarse a una tarea grande y difícil. »

Los desafíos físicos, ya sea en deportes, situaciones peligrosas o trabajos duros, fortalecen también la resistencia mental. Herzog desconfía de la teoría: en sus talleres, los estudiantes realizan cortometrajes en solo nueve días; exploran locaciones, encuentran actores no profesionales, escriben planes de rodaje e improvisan.

A menudo aprenden más en nueve días que en cuatro años de universidad. »

Herzog financió sus primeras películas con trabajos como soldador, guardia nocturno o trabajador de fábrica. Su consejo: no esperes a la industria, realiza tus proyectos con tus propios medios.

Hoy se puede hacer cine con menos de 10.000 euros. »

Muchos de sus películas se realizaron en condiciones extremas: rodajes sin permisos, escenas arriesgadas o momentos espontáneos. Herzog no ve esto como una limitación, sino como una fuerza creativa. La autenticidad surge cuando se va allí donde la vida late:

Si realmente quieres contar algo, ve a donde sucede. »

Herzog durante el rodaje de «Rescue Dawn» (2006)

La música no acompaña: es el centro dramático. A menudo Herzog se sienta en el estudio, determina ritmo y sonido, e incluso pide a Richard Thompson que toque descalzo para que la energía sea más directa. 

Tan incansable como es en su trabajo, tan simples son sus placeres privados: leer, cocinar, nadar, pasar tiempo con gatos. Estos momentos, dice, son

momentos que nutren la creatividad. »

Werner Herzog sigue siendo un modelo para un cine que atraviesa fronteras, creando imágenes que permanecen en la memoria, como los elefantes bajo el agua en su último documental Ghost Elephants (2025). Las películas de Herzog no son obras cerradas, sino expediciones, arriesgadas, poéticas y frecuentemente temerarias. Exploran las fuerzas de la naturaleza, la obsesión, la fragilidad de la existencia humana. Su «verdad extática» va más allá de los hechos, llevando al espectador a los límites y haciendo visible lo indecible. 

Su legado para un joven cineasta puede resumirse así: Ten valentía y toma riesgos. No esperes a la industria, actúa por ti mismo. Lee, observa, ve a donde la vida ocurre. Usa los recursos de forma sensata y rueda solo lo que realmente importa. 

Herzog durante el rodaje de la mítica «Fitzcarraldo» (1982)

 

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