Bastien Bouillon, tras Connemara y Partir un jour, ambos presentados en el Festival de Cannes 2025, presenta ahora en otro festival de gran relevancia, la Biennale di Venezia 2025, su nueva película À pied d’œuvre de Valérie Donzelli. Una vez más logra, mediante una transformación física, encarnar a un personaje que sumerge al público en un mundo donde se requiere valor, perseverancia y mucho sudor para vivir y alcanzar los propios sueños.
La película, premiada por el mejor guion y basada en la novela de Franck Courtès, cuenta la historia de Paul Marquet (Bastien Bouillon), un fotógrafo exitoso que abandona su vida cómoda para convertirse en escritor. Esta decisión radical lo lleva a la pobreza. En París, debe sobrevivir con trabajos ocasionales como demoler en obras, montar muebles, conducir un taxi o cortar césped. Al principio, uno podría preguntarse por qué alguien como Marquet recurre a una aplicación que explota su fuerza física a bajo costo en lugar de emplear su intelecto. Pero pronto queda claro que precisamente este contraste entre trabajo intelectual y físico es central: una experiencia que Werner Herzog también subraya en su masterclass en Venecia, al señalar que solo quien experimenta la vida de manera física puede desarrollar perspectivas auténticas.
Para Donzelli, el trabajo físico de Marquet es mucho más que un medio de subsistencia. Sirve de equilibrio frente al trabajo intelectual y como conexión tangible con la realidad, que alimenta la creación artística.