Retrospectiva de Germán Bobe, Parte I

Germán Bobe es una rara avis dentro de la escena de arte visual en Chile, dotado de un talento excepcional –que le valió la adquisición por parte del Moma (Museo de Arte Moderno de Nueva York) de una de sus obras llamada La profesora– pero al mismo tiempo con una vocación de bajo perfil poco común por estos lares. La carrera de Bobe está indisolublemente ligada al rock de la post dictadura en Chile. Los Tres, Javiera y los Imposibles, Los Jaivas, Joe Vasconcellos, Chico Trujillo -incluso Miriam Hernández ya la en la balada romántica- se cuentan dentro de los artistas que fueron retratados en Video Clips por Germán.

Esta retrospectiva es muy sencilla, vamos a tomar alguno de sus videos desde el punto de vista del director y trataremos de tejer una lectura general de algunas sus realizaciones. Una de las imágenes que de manera muy temprana aparece en las videografía de Bobe es el de la prostituta o una femineidad barroca y sobrecarga. Esto se puede ver en uno de los primeros videos de Los Tres, Amor Violento de 1991, en donde los integrantes del grupo y en particular Álvaro Henríquez -vestido de un furioso rojo- aparece secundado en los coros por un trio de mujeres mayores y sobre maquilladas, en una estética que recuerda al burdel:

 

Una imaginería que vuelve a aparecer en otro video clip de Los Tres, en Déjate caer (1994) en donde en una oposición de roles, a la representación de la madre, que se plantea al principio del video, ya en una segunda parte, esta faceta es tensionada en la superposición de la cabrona (dueña del burdel) como madre y las prostitutas que trabajan para ella como dulces y acomedidas hijas:

El blanco y negro empieza a llegar a la videografía de Bobe para uno de sus grandes videoclips. En donde la canción Traje desastre (1995) también de Los Tres, es un pretexto para indagar en otra figuración prostibularia relacionada con el travesti. Esta vez la escena transcurre en un burdel de Valparaíso, al parecer, regentado por un grupo de travestis. Los Tres disfrazados impecablemente como marineros interactúan coquetamente con ellos. Un travesti muy delgado y de larga rubia cabellera -que se lleva gran parte de los primeros planos- es el protagonista. Hay escenas realmente notables como la del rubio travesti principal rezando frente a un Cristo de madera. Hay un flashback  en colores-una remembranza feliz del pasado-, donde presumimos el protagonista se ve de niño. Luego el día en el puerto él, vestido ahora de hombre -uno muy desgarbado y algo cadavérico-, sale con su grupo de amigos. Se cruzan de nuevo con los marineros y los saludan ahora de civiles, los marineros no los reconocen del todo. Luego van a una pequeña gruta con una virgencita y nuestro protagonista le pone flores. De ahí llegan al portal de una casa. Sale una mujer mayor- que suponemos es la madre- e inmediatamente se nos manda a un nuevo flashback también, en colores, con el niño abrazando a una mujer. Pero la reunión es fallida. Un par de figuras masculinas lo rechazan aunque lleve dinero.

El video clip cierra con nuestro protagonista -nuevamente de mujer- con su larga cabellera rubia esperando al sol, mientras se une a otros travestis que se van en patines. La metáfora de patinar,  de salir a prostituirse. Mientras Los Tres de nuevo de marineros y solo como comparsa contemplan la escena final. Es realmente interesante que Bobe planteara este tema a mediados de los noventa, confirmando esa máxima que dice que el arte se adelanta en décadas a los cambios sociales más profundos:

Finalmente lo travestido y popular vuelve hacerse presente en la videografía de Germán con el video Chatito (2014) de la banda Chico Trujillo. Esta vez la figura del travesti es celebrada y se le puede ver completamente integrada al imaginario popular. No tiene el tinte dramático que podemos ver en Traje desastre, no hay rechazo ni exclusión. Lo popular codificado como carnavalesco se engarza con la fiesta callejera o bailanta, que invita a la mezcla e hibridación. En tonalidad azul y con locaciones como La vega central o algunos parques de Santiago, refuerza la idea de la clase trabajadora. La canción además es bastante directa, una crítica social en tiempo de cumbia. El punto cumbre es la fiesta en el parque donde todos confluyen. En donde “rebeldía” y “alegría” dos palabras que riman pueden ir hermanadas. Dentro de la trivia podemos decir también que una de sus participantes fue Francis Françoise uno de los primeros artistas transformistas de Chile, fallecido a finales del 2014:

Lo travesti y lo prostibulario van de la mano con la imaginería cristiana dentro de las realizaciones de Bobe. Ya lo pudimos ver en la escena de las prostitutas dentro de la iglesia en el video Déjate caer o en el travesti creyente de Traje desastre. El peak de este simbolismo se puede ver en Hijos de la tierra (1995) del ya legendario grupo Los Jaivas. En colores entramos de lleno a un plano general que emula el cuadro de La última cena de da Vinci. Al centro de la acción se puede ver a un Gato Alquinta transfigurado en un nuevo Cristo, mientras los hermanos Parra son transmutados a calidad de apóstoles. Rol aparte es el de la baterista Juanita Parra-presentada en sociedad en este video clip ya como parte del grupo-, la cual aparece bailando una danza árabe. El barroquismo de la mezcla es muy atrayente. Mientras  podemos escuchar de fondo:

Somos hijos de la tierra / su palabra es nuestra historia / somos hijos de la tierra.

Remarcando la importancia de la oralidad de nuestras culturas latinoamericanas. Esta es una intensa canción de amor alegórica que es adornada por estas representaciones del simbolismo cristiano. Intensificando de esta forma el mensaje de la canción. Para la historia quedan la censura que la Iglesia Católica chilena de entonces hizo al video y la participación de Patricia Rivadeneira:

También hay otros registros, otras teclas de tesitura, color y tema que emplea Bobe en sus filmaciones. Ahí está el pandemonio juvenil, casi escolar de La espada y la pared (1994) de Los Tres. En unas escenas muy conectadas con las películas que protagonizaron Los Beatles: A hard day’s night o Help. El intertexto es evidente, considerando que el grupo chileno desemboca en una muy accidentada presentación televisiva, con escenas de histeria por parte de las asistentes. La anécdota de este video es la participación de un joven Ramón Llao como el aproblemado presentador del programa televisivo:

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[Continúa leyendo esta retrospectiva en la segunda parte del artículo, este viernes]