Una película al día #80: “Vivir Rodando” (1995)

Sueña un pequeño sueño

[ por: Andrés Daly ]

«Vivir Rodando» (Living in Oblivion) es una película de bajo presupuesto sobre una película de cero presupuesto; una divertida parodia al cine “indie” que transcurre totalmente durante un día de rodaje, en el que se grabará la escena de un sueño. Esa escena incluye un set rojo con una puerta torcida de donde sale un enano vestido de frac azul, que cuestiona ácidamente si alguna vez alguien ha soñado con enanos fuera de la pantalla de cine (toma eso, David Lynch). Sin embargo, este día de rodaje de un sueño está atrapado, en sí mismo, en un sinfín de sueños paralelos, con distintas versiones de este mismo día, pero según los puntos de vista de los diferentes soñadores que esperan que suene, como siempre, la madrugadora alarma para despertar e ir realmente a la locación. Así, sumando, tendremos varios desastrosos días de rodaje según los soñadores, pues al parecer, el pesimista subconciente del equipo de producción está mas conectado que el de los ladrones de «El Origen«.

Desde la angustiante pesadilla del apasionado pero demasiado complaciente director, Nick Reve (Steve Buscemi, perfecto) donde todo le sale mal una y otra vez tratando de rodar un miserable plano que no puede terminar; el de la actriz principal con serias dudas vocacionales, Nicole (Catherine Keener) a la que le pesa una escena «de ducha» que realizó en una película anterior con Richard Gere de las que todos hablan; y los de otros personajes del rodaje, que rodean a Nick.

Pesadilla de director

Nick Reve (Steve Buscemi) y Wolf (Dermot Mulroney) tratando de rodar un plano sin que Chad Palomino (James LeGros) lo cambie todo

El equipo de producción está de lujo: un director de fotografía cool -con parche pirata y boina- que se hace llamar Wolf (Dermot Mulroney) y que insiste en hacer varios planos cámara en mano, la histérica/cínica productora Wanda (Danielle von Zerneck) que tiene una relación con Wolf y ve como el rodaje se le va de las manos en todas las versiones del día, un inútil y divo actor llamado Chad Palomino (James LeGros) que cambia todas las tomas en función de su ego sin importarle nada, el silencioso sonidista, la coqueta y ochentera script girl, el bruto cañista que asoma el boom en la mitad de las tomas, dejándolas obsoletas y unos inútiles grips que además de casi quemar el set, sueñan con hacer su propia película con Palomino.

CHAD

Roll that motherfucking camera, Wolfie!

WOLF

Kiss my ass!

CHAD

Yeah!

NICK

Hey Bob, you think you can make any more noise with the dolly? you creaky motherfucker !

TITO

Why does my character have to be a dwarf?

NICK

He doesn’t have to be.

TITO

Then why is he? Is that the only way you can make this a dream, to put a dwarf in it?

NICK

No, Tito, I…

TITO

Have you ever had a dream with a dwarf in it? Do you know anyone who’s had a dream with a dwarf in it? No! I don’t even have dreams with dwarves in them. The only place I’ve seen dwarves in dreams is in stupid movies like this! «Oh make it weird, put a dwarf in it!». Everyone will go «Woah, this must be a fuckin’ dream, there’s a fuckin’ dwarf in it!». Well I’m sick of it! You can take this dream sequence and stick it up your ass!

Buena sátira a los rodajes y al mundo del cine, específicamente del independiente. Dirigida por Tom DiCillo, el mismo detrás de “Delirio”, película también protagonizada por Buscemi y que era una mirada a otro mundo bien cercano, el de la fama de los astros «B» y los paparazzis, y que vi felizmente hace unos días.

Comedia llena de espacios para los comentarios vacíos, la relaciones sentimentales pasajeras, las adulaciones gratuitas (para actuaciones lamentables), controles constantes de egos, negociaciones cínicas entre encargados, cambios, repeticiones técnicas agotadoras, y miles de detalles adicionales que reflejan lo que es pisar un set.  DiCillo retrata y exagera criteriosamente todas las penurias que implican estar en un equipo de producción, que por paupérrimo que sea (como este lo es), busca capturar un sueño más grande que la vida. Ojalá proyectados en muro, y en una sala llena.

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