Celuloide para televidentes
[ por: Andrés Daly ]
Dirigida por el ex candidato presidencial Marco Enriquez-Ominami como una versión para el cine de la serie de televisión (publicidad en formato de mediometraje más bien) llamada “La vida es una lotería”.
Esta película es, en realidad, la unión de dos capítulos perfectamente televisivos seguidos de un apéndice farandulero.“El vuelo del Kino”, la primera historia, es sobre una pareja arribista y estúpida (Fernando Gomez-Rovira y Carolina Oliva) que pierden un boleto de lotería ganador, llevado por el viento, desde su acomodado suburbio periférico Santiaguino a un campamento y población cercana. El boleto cae en las manos de otra pareja (Luis Dubó y Claudia Perez).
La segunda historia,“Miti-mota”, trata sobre un arquitecto (Cristian Riquelme) y su novia, que se van a vivir a Cariquima y al ganar la lotería, pretender huir de una tradición local que reparte las riquezas de los integrantes del pueblo, entre todos de forma equitativa. El apéndice es una historia con Karen Doggenweiller que corre con los créditos y que decidí no terminar de ver.
Una comedia totalmente mediocre, de humor pobrísimo, guión con vanas pretensiones de crítica social, y con la que prefiero no gastar más tiempo que el que ya le di al verla, escribir las palabras que están aquí arriba, y la siguiente: evítela.
“Este es cine por encargo, no de autor” – Marco Enriquez-Ominami, en la presentación a prensa de Mansacue, poniéndose el parche antes de la herida. Señor Enríquez-Ominami, «El padrino» de Francis Ford Coppola, también era «cine por encargo».
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