Una película al día #30: “Cabo de miedo” (1961)

[ por: Andrés Daly ]

Max Cady (Robert Mitchum) es uno de los grandes villanos del cine. Rencoroso, obsesivo, psicópata, sádico y degenerado, no descansa, desde que es puesto en libertad –al inicio del film – hasta el minuto final, cuando llega de invitado al famoso Cabo que le da el nombre a la película. ¿El ejercicio?: torturar creativamente y sin piedad a la familia de su ex-abogado Sam Bowden (Robert Mitchum), hasta que aprenda, de verdad, lo que significa la palabra “pérdida”.

Max Cady: I got somethin’ planned for your wife and kid that they ain’t nevah gonna forget. They ain’t nevah gonna forget it… and neither will you, Counselor! Nevah!

No he visto muchas películas con Mitchum, en realidad, tan sólo la excesivamente panfletaria y larga “The Longest Day”, que se estrenó el mismo año de “Cabo de miedo”. Después de ver este tour de force de Mitchum, por lo demás más sugerente que la actuación que realizó Robert De Niro del mismo personaje, en el interesante-aunque-demasiado-cauteloso remake dirigido por Martin Scorsese en 1991; ciertamente me produce un poco de inquietud y urgencia ver su filmografía.

El Max Cady de Mitchum, mucho más potente que el tatuado y bruto sociópata sureño de De Niro, es aquí un hombre excesivamente sexual, totalmente impredecible y letal en su mirada, sus frases, su caminar. Obstinado con su presa, la familia de clase alta del abogado Bowden, irá escalando y cambiando el juego, poco a poco. ¿Jugará el abogado acaso con las mismas reglas que el ex convicto?

Sadismo dosificado (y vanguardista), del cual heredarían, décadas después, algunas películas un tanto más brutales, como “Funny Games” dirigida por ese notable voyeur que es Michael Haneke (en sus dos versiones, o mejor dicho, la original de 1997 y su perfecta réplica de 2007. ¿Dos veces? que experimento mas sádico, Michael) o la por momentos muy inquietante “The Strangers” (2008) que en su primer acto nos muestra un grupo de enmascarados que, sin razón aparente, eligen al azar a la pareja protagónica para una noche de –muy poco- sana diversión. Bienvenidos al juego los que quieran – o no – jugarlo, y como dice Cady: “Go ahead. I just don’t give a damn”.

Diane Taylor: [Diane is cuddling with Max as he is driving] Why are we going this way?
Max Cady: Better scenery.
Diane Taylor: What would you know about scenery? Or beauty? Or any of the things that really make life worth living? You’re just an animal: coarse, lustful, barbaric.
Max Cady: Keep right on talkin’, honey. I like it when you run me down like that.
Diane Taylor: Max Cady, what I like about you is… you’re rock bottom. I wouldn’t expect you to understand this, but it’s a great comfort for a girl to know she could not possibly sink any lower.