Una película al día #143: “Piraña 3D” (2010)

Boobies!

[ por: Andrés Daly ]

Recuerdo que una vez en el colegio, cuando yo tenía unos 13 o 14 años, un compañero de clases me declaraba su postura sobre los “tipos” de cine. No éramos amigos y por alguna razón por la que no teníamos clases en ese momento, algo que solía pasar ya sea porque el profesor se había ausentado o estaba presente –hey, pero de todas formas estaba ausente- el tiempo que quedaba para “aprender algo” estaba destinado realmente a no hacer nada. El tema había salido a discusión seguramente porque él sabía lo fanático que yo me estaba mostrando con respecto al cine. No por nada, a esas alturas yo devoraba unas cuatro o cinco películas VHS seguidas en mi casa –como mínimo, pues no dormía mucho- cada vez que podía y bueno, sumaba a mi prontuario que como “encargado del diario mural” del curso, más de algún artículo reciente del diario sobre cine yo ya lo había corcheteando sobre el muro del mes. Diario mural, que ñoño, ya lo sé.

Mi ex compañero de curso predicaba una postura personal que me dejaba casi sin palabras: “Yo sólo veo cine que sea divertido, que sea para entretenerme. No veo cine donde tenga que pensar”. Así, cero calorías, una configuración de pantalla absolutamente light. Mi compañero de clases, que buscaba más provocarme con su preferencia creo que ser totalmente honesto –pues parece que le tengo un poco más de fe a la raza humana de lo que le corresponde- tiene razones para pensar así. Porque ese cine claro que existe. Es un cine no tiene vergüenza de asumirse como lo que es. ¿Y por qué lo haría?: es su justo derecho de nacimiento. Sin embargo, muchos de sus espectadores/admiradores no adolescentes, aquellos que tienen a las sagas de “Rápido y Furioso”, y “(Coloque aquí un género) Movie” como películas de cabecera evidentemente se están perdiendo de probar muchos sabores, si siguen eligiendo comer solamente vainilla. Todo el tiempo, toda la vida. Pero bueno, ese soy yo.

Invento norteamericano #1: «Wet T Shirts»
Invento norteamericano #2: «Motorboating»

Piraña 3D, más que uno más en esa lista, es uno de los ejemplos más desfachatados de esos ejemplos anti neuronales que he visto en el último tiempo y que busca -y logra en algunas partes- entrar además en esa viscosa categoría llamada «placer culpable», riendo frente a la yuxtaposición brutal de sexo y violencia que recuerda al Cine B, a ese Australiano de los 70’s y 80’s. Con la lógica de ¿qué podría ser más atractivo para un adolescente que ver un desfile de bikinis, senos, escenas lésbicas, motos de agua, yates y veloces pirañas carnívoras comiendo y destruyendo todo lo anterior?, Piraña 3D buscar cumplir cada una de sus básicas, primitivas promesas. Y sí, lo hace. En un momento donde el Hollywood mainstream se ha caracterizado por un conservadurismo extremo (la reprimida saga de Crepúsculo, fábula de abstención sexual, es el primer ejemplo que se me ocurre) y que hace de una escena en topless o un desnudo frontal de un personaje un hecho muy, muy extraño en el cine de esa industria, descontando al cine Independiente cada vez menos Independiente, en Piraña 3D hay, sorprendentemente, un verdadero festival de carne. Y mucha: sensual, desnuda, sexual, violentamente mordisqueda, mutilada, sangrante, cruda, podrida, plástica, algo genérica, y aveces una que nos deja un poco indiferentes. Cómo mueres es aquí siempre mucho más interesante que quién eres, o mejor dicho eras antes de ser degullido.

Danni

Nice instrument.

Laura Forester

Thanks, nice boobs.

Danni

Thanks.

Laura Forester

I’m wear a training bra but its kind of itchy.

Danni

Tell me about it! Who are you waiting for?

Laura Forester

My brother Jake, he’s seventeen, he will like your boobs too.

Danni

They all do.

El pretexto La historia tiene de protagonista a Jake Forester (Steven R. McQueen. Sí, ese es su nombre, nieto del gran Steve McQueen me informan por interno) un adolescente con todas las letras que vive desde pequeño en el paraíso: Lake Victoria. Cada año, miles de chicos de alguna parte de un juvenil y parcialmente descerebrado EE.UU. repletan el viejo pueblo junto al lago. Hordas de chicas fáciles, rubias casi todas, de cuerpos perfectos y en bellos bikinis – no se ve una chica ligeramente gorda en kilómetros a la redonda, probablemente les tienen prohibida la entrada al pueblo supongo- se suben a las plataformas flotantes y yates, mojan rápidamente sus poleras blancas – el director Eli Roth (Hostel) tiene un infame aunque finalmente divertido papel como “animador” de estos eventos- y se quitan los bikinis más rápido de lo que estas pensando, quizás, en no ver jamás esta película de la que escribo… o en ponerle play inmediatamente.

Kelly es la chica inocente del pueblo
Pero no por mucho tiempo (Arriba, abajo, al centro, para dentro).

Pero no todo es tan maravilloso para nuestro protagonista. Jake tiene un problema: su mamá (Elisabeth Shue, Leaving Las Vegas) es el Sheriff del pueblo, que por supuesto lo deja a cargo del aburrido cuidado de sus dos hermanos pequeños mientras ella intenta navegar por la capa de cerveza que recubre el Lago, para que el número de chicas porristas y chicos musculosos que aparezcan flotando boca abajo en una orilla la noche siguiente, no sea mayor que la cifra del año pasado. Desesperado por sus hormonas en ebullición, Jake hace una transacción económica secreta con sus hermanos dándoles el dinero del “babysitting” para no perderse las boobies, la cerveza Corona gratis y la promesa de sexo que no llegará la diversión en el Lago, mientras su madre está ausente.

Tiburón (1975), Piraña (1978), Piraña 3D (2010)

Con un accidente ocasionado por el pescador Matt Boyd (Richard Dreyfuss, que bueno y triste a la vez que es verlo) el lago se fisura en su fondo, las pirañas prehistóricas y hambrientas salen de las profundidaes y se lo engullen como primera víctima. “Matt” parodia irreverentemente al papel que el mismo Dreyfuss hizo en la referente y por supuesto muy superior Tiburón (1975, de Steven Spielberg) aunque aquí su personaje se llame Matt Hooper y no Boyd. Lo que sigue después de la liberación de los simpáticos pececillos, es el paralelo entre la fiesta en el Lago, que anticipa la carnicería final, y por otra parte el viaje privado que Jake hace, trabajando como improvisado guía, a un director de películas pornográficas llamado Derrick Jones (Jerry O’Connell, Misión a Marte) su camarógrafo y las tres chicas que viajan en el yate con él. Una de estas se subió en el último minuto: Kelly (Jessica Szohr), el interés romántico/sexual de Jake. Todos son, incluyendo a Fallon (Ving Rhames) el ayudante del Sherriff, un potencial y nutritivo alimento para nuestros amiguitos bajo el agua. Yo, al menos, creo que no veía tanta sangre desde la inolvidable Kill Bill.

¡Todos fuera del agu..! ah, demasiado tarde.
¡Cuidad..! ups.

Al estilo Ozzploitation Cinema.

Deputy Fallon

Chew on this motherfuckers!

They’re here, they’ re hungry decía el slogan de Piraña (1978, Joe Dante), la película que nació tres años después de Tiburón como su bastardo hijo, interesado en comer un poco de la torta del éxito comercial de su padre. Como tal, Piraña 3D (que no vi en 3D, gracias a Dios) es la evolución natural, aunque más sincera y extrovertida, del revival del terror convertido en un tipo de cuasi pornografía comercialmente lucrativa (las series Hostel y Saw por ejemplo) de los últimos años. Una película que como mencionaba más arriba, si bien es ligera de ropas mantiene dentro de sí misma ese codigo moralista asesino, traicionero y un poco subterfugio que veíamos aplicado durante los 80’s en películas como la saga slasher de “Viernes 13” o «Pesadilla en Elm Street» en que sabemos perfectamente quien va a morir y quien va a salvarse. Les dejo la pregunta: ¿quién se salva de las pirañas, el virginal hombre adolescente y la casi inocente chica next door de sus sueños, o el productor porno y sus dos bellas súcubos bisexuales?. Mi compañero de clases se levanta entusiasmado para responder, pero suena la campana.

Derrick Jones

[last words] Wet t-shirt… wet t-shirt…

P.D. Recomendación: en caso de verla, es bueno aprovechar sus noventa minutos para hacer alguna actividad mecánica tediosa en paralelo para todas las partes de exposición que no incluyen hemoglobina ni generosa y curvilínea piel bajo el sol. Por ejemplo, escanear 75 dibujos como fue mi caso. Eso sí, cuando aparezca Christopher Lloyd (Volver al Futuro) como un científico desquiciado por las pirañas, vociferando una teoría como nadie más puede hacerlo, ruego devolver completa atención a la pantalla.

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