Retrospectiva de Germán Bobe, Parte II

Lo naiv, y casi infantil también está presente en la mirada de Bobe como en Te amo tanto (1995) del grupo Javiera y Los Imposibles. Donde aparece Javiera Parra cantando sola en: o una bañera muy mal ubicada al centro de una casa, o una sala de tocador enorme, tomando un baño de espuma. Al poco andar llegan Los Imposibles, y si bien la reunión sigue con los muchachos en círculo sacándose la ropa, la tertulia no se convierte en partuza, sino que terminan todos hermanadamente cantando dentro de la tina. Las tomas finales de Los Imposibles amarrando a Javiera a un árbol, o haciendo un círculo mientras ella canta en un parque, resaltan lo infantil e inocente, lo que refuerza la dulce armonía y melodía de la canción, pero que se contrasta con la letra: una terrible descripción que hace la novia de un hombre muerto (asesinado o suicidado):

 

Los videoclips Olor a gas de Los Tres e Induce de Joe Vasconcellos ambos fueron realizados en 1997. No solo se emparentan por el año de producción, sino que también hay ciertas atmosferas que se repiten. En el caso de Induce, el tono de la narración podríamos decir que es donosiana. Nos recuerda a atmosferas como la del Obsceno pájaro de la noche o Coronación, donde la decadencia deambula permanentemente. En tonos ocres vemos a un grupo de vagabundos que son recibidos en una casa de caridad, escenas que son intercaladas con Joe y su banda tocando la canción. Lentamente los amenazantes nuevos habitantes de la casa comienzan a adueñarse de los espacios. Hasta que terminan con la cocinera violentada en una cama, para después robar y escapar del lugar:

Una atmosfera también opresiva transcurre en Olor a gas. En blanco y negro, en un extraño baño turco varias personas circulan, al parecer hay una familia compuesta de dos padres y un niño. En el baño turco también aparecen Los Tres cantando la canción. Si bien la música refuerza esta idea de una paz inquietante, la lírica nos pone alerta, da la impresión que acá también se habla de un suicidio. Ya en otra toma el chico con un rosario en la mano va hacia otra parte de los baños y se encuentra con un hombre almorzando y con mujer mayor (encarnada por la legendaria actriz Manés González, llamada “la última diva del teatro chileno”),  luego el chico desaparece de escena. En otra toma al padre lo están afeitando y nuevamente aparece el personaje de Manés y se ve el brillo de la navaja-intuimos que ya hay dos muertos dentro de la historia- el video clip termina con el personaje de la mujer mayor ahora ella con el rosario, al parecer esperando a la madre de esta familia (interpretada por una joven Mariana Loyola)  que de espaldas a ella toma una ducha, pero sospechando al final que podría pasar:

Bolsa de mareo  de Los Tres -también de 1997-creemos que puede ser vista como  una alegoría al momento vital de Chile en ese periodo. En 1997 estamos en pleno segundo gobierno de la Concertación, liderado por Frei Ruiz Tagle en plena política de los acuerdos. Chile está enfrascado en un crecimiento neo liberal brutalmente agresivo y favorable para los empresarios, mientras queda rezagado el ciudadano común. Pinochet aún seguía teniendo participación en la vida pública nacional como comandante en jefe del ejército y la justicia en casos de derechos humanos estaba circunscrita a “la medida de lo posible”, doctrina que implemento Aylwin a principio de los noventa. Las perspectivas entonces no eran halagüeñas, realmente había que tener una bolsa de mareo cerca para sobrepasar este tipo de turbulencias. En ese contexto el video comienza con Los Tres tocando en unas duchas. Luego en otra escena Titae Lindl es acosado en una piscina por unas mujeres muy mayores, mientras él, forzado, debe aceptar la situación (como debíamos aceptar la situación de vivir en una democracia con tan poca participación ciudadana). Se entrecruza la escena de Los Tres tocando en altura. En otra escena, Álvaro Henríquez dentro de un moderno edificio, decide romper uno de sus faroles, para después caer y en un acto que ahora sería conocido como bullying, dos preadolescentes lo orinan en la cara (Una humillación, como la de tener que soportar a un dictador transformado en comandante en jefe del ejército). En otra toma vemos al guitarrista Ángel Parra como un neurótico prófugo huyendo por unos estacionamientos vacíos, con pistola en mano, esperando un ataque fantasma (El fantasma de una nueva interrupción de la democracia, por parte de los militares, también fue una de las neurosis colectivas por aquel tiempo). Finalmente termina la secuencia con Pancho Molina como un suicida convaleciente-con profundas heridas-, mientras escapa por unos ascensores y unas escaleras (Heridas que aún existen en nuestra sociedad después del trágico periodo de la dictadura cívico militar). Una de las locaciones más importantes fue el edificio de la Telefónica con la forma de un enorme teléfono celular, por ese tiempo recientemente construido. Era el emblema perfecto de nuestra novísima modernidad y entrada al libre mercado (no sabíamos que podría existir después un Costanera Center, aun peor en su simbolismo que el anterior) en su azotea Los Tres terminan con una paroxística performance de la canción:

Finalmente dentro de esta revisión Alacrán (1997) de Javiera y Los imposibles, podríamos decir que es un videoclip más experimental que el resto de los que hemos comentado. Sin ninguna línea argumental, las imágenes que se suceden nos parecen ejercicios de textura. Plumas en el aire, camas de clavos, entre otros recursos. Gran parte del video esta en blanco y negro, con algunos momentos donde excepcionalmente se muestra algún objeto de color, por ejemplo cuando uno de los integrantes revienta un tomate. El momento en donde se hace referencia a la letra de la canción es cuando en un primer plano Javiera Parra con lenguaje de señas comienza a “cantar” la letra. Escena que se vuelve a repetir en un plano entero, para aparecer triplicada hablando en lenguaje para sordos, lo que le confiere una carga teatral a esas imágenes:

Hemos querido hacer esta retrospectiva porque nos parece fundamental el aporte de Germán Bobe a la videografía nacional. Vista con la distancia del tiempo, aquilatamos  los temas en los que se ha adentrado como artista y el esfuerzo técnico-de uso de cámaras y fotografía- que quedo inmortalizado en cada uno de los videos acá comentados. Se nos hacía urgente masificar y criticar este legado ahora, en donde la avalancha de lo digital a veces nos parece engullir a todos. Dialogar con verdaderos neo clásicos en lo visual, nos pone en dialogo con una tradición -aunque de corta data- necesaria para comprender el estado actual del arte en los videoclips en Chile.