Disparen sobre el Guggenheim

«The International» (2009), la nueva película de Tom Tykwer («Perfume: The story of a murderer», «Lola Rennt – Run Lola, Run-«) presenta la primera réplica interior construída del Museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York,  ¡escala 1 a 1! . El museo, diseñado por Frank Lloyd Wright es actualmente uno de los íconos de la ciudad y fue la osada piedra angular (estética) de los posteriores museos de la Fundación Guggenheim, como el de Bilbao y los proyectados en Guadalajara, Dubai y el muy publicitado en Vilnius, de reciento diseño de Zaha Hadid.

Su construcción – de casi dos años – finalizó en 1959, luego de unos 12 años de planeamiento previo. Hollywood sólo se demoró 6 meses en reconstruirlo para grabar una secuencia de acción. ¿Cómo dijo?

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Construyendo el Guggenheim, de nuevo

Llamado popularmente «el Guggenheim» durante décadas, y al que hoy tenemos que agregarle el apellido «de Nueva York» para no confundirlo con la prima donna arquitectónica de Frank Gehry inaugurada en 1997 (que es desde entonces el «de Bilbao»), este fue el primer edificio construído especialmente por la Fundación, que le da su nombre, para contener su larga colección de arte. Le seguirían el Peggy Guggenheim Collection en Venecia, inaugurado en 1979, el Deutsche Guggenheim Berlin y el popular edificio de Frank Gehry en Bilbao (que nota aparte, aparece brevemente en la película del agente James Bond, «The world is not enough»), ambos a finales de los 90’s, y las salas dentro del horroroso Venetian en las Vegas – esa repugnante imitación kitch – a principios del siglo XXI.

El 21 de octubre de 1959, luego de 700 bocetos y quince grupos de planos diferentes, se inauguraba uno de los edificios más extraños (para su época), polémicos, criticados y plagiados; de esto último en Santiago de Chile tenemos un ejemplo descarado en la comuna de Ñuñoa… y al parecer su construcción provocó una especia de pandemia local por la estructura de caracol, que durante la década de los 70’s y 80’s se replicó como un virus en varias comunas de la ciudad.

El Guggenheim de Nueva York....

El caracol en Ñuñoa....

El equipo de producción de arte, a cargo de Uli Hanisch (diseñador de producción) y la dirección de arte de Sarah HortonKai KochLuca Tranchino, arrienda un galpón gigantesco, utlizado para albergar trenes, para construir, con la ayuda de los planos originales de Wright, la réplica completa del interior del museo.  Este edificio- imitación se estructura a partir de una armazón metálica principal circular (soldada) en torno a un andamiaje extenso que cumple la función de soporte y muro al mismo tiempo, que oculta además al edificio contenedor de esta réplica. Alrededor de treinta y cinco vigas «I» salen de esta verdadera masa de fierros, para sostener la gran rampa espiral, que se va apoyando en ella hasta llegar casi hasta la gran lucarna del cielo. Un «poco» de volcanita, madera, yeso, tela, unas cuantas pantallas de proyección para videos (la réplica incluye cuadros y una instalación de video-arte), luminarias, muebles, visitantes-extras, una decena de accesos ocultos y muros movibles (para esconder grúas, cámaras) y un ejército de carpinteros es todo lo que se necesita para terminar esta gigantesca maqueta en el plazo fijado.

Es un raro placer poder ver realizada la construcción de un set tan ambicioso, que por razones destructivas (dificilmente el Guggenheim habría permitido que llenen sus muros de balas) se llegó a construir y destruir, pues como todo set hay una corta vida de por medio. Un golpe de concreta realidad, para la película, el espectador y sin duda los actores en el set; en un cine cada vez mas poblado del vacío de los espacios 3D (CGI).

Making Of: el equipo de filmación dentro de la réplica.

El fragmento de esta espectacular secuencia, que se inicia con un establishing shot del verdadero museo (en su exterior), da paso inmediatamente al interior del edificio, replicado a la perfección, desde su lobby, las instalaciones de arte, una instalación de video colgante en el espacio central (un no despreciable número de proyectores instalados), un grupo de extras-visitantes de la galería, muebles, iluminación, etc. Como espectador no queda duda alguna de que esta verdadera construcción de una ilusión es el verdadero museo. Además, con el buen oficio del director Tykwer,  la persecución -truncada… ¡habrá que ir al cine!- del personaje de Clive Owen dentro de la estructura mantiene un buen suspenso.

Esta secuencia parece estar dentro de la mejor tradición del cine de Brian De Palma, un espacio para ver y ser mirado en diferentes niveles, donde se saca absoluto partido a la utilización de este tipo de arquitecturas en el cine de suspense, donde una escalera, un ascensor u otras conexiones verticales son el punto de partida de set-pieces o secuencias completas, en espacios que presentan programas que potencian el voyeurismo en los momentos de espera y recorrido; como las estaciones de trenes que tanto ama De Palma y que tantas veces podemos ver en su cine.

«The International» se estrena en los cines de Santiago el siete de mayo.

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Al vacío.

Erase una vez un rapero que perseguía a un alienígena

Este edificio es uno de los más representados en películas que ocurren en Nueva York; sólo superado por el edificio Empire State, el edificio Chrysler (un favorito a la hora de la destrucción: «Armaggedon», «Godzilla») y las desaparecidas Torres Gemelas.  Pero no era, hasta 1997, un edificio popularmente reconocido por el cinéfilo mainstream. Ese año, el rapero-actor-ególatra  Will Smith persigue a un alienígena, corriendo por sus pasillos hasta la azotea del edificio. La escena comienza con el establishing shot de rigor, luego el salto del alienígena por las paredes exteriores del museo; esa «cinta» blanca llena de quebraduras, la destrucción de la puerta de acceso por Smith, un muy buen plano cenital con el policía corriendo, y finalmente concluye con una azotea que puede o no ser del edificio.

Esta claro, como reconocerá el que tenga más de una película en el cuerpo, que esta secuencia sigue una de las más clásicas, absurdas y un tanto idiotas reglas para las persecuciónes a pie en las películas, donde el villano (o al héroe) no se le ocurre nada mejor que escapar subiendo las escaleras de un edificio («The Matrix», «Dark City», «In the Line of Fire», «The Departed», «Dawn of the Dead», «Vertigo», «Resident Evil: Apocalypse», «Quantum of Solace», «The Bourne Supremacy», «To Catch a Thief», «Hell is a City», «Blade Runner», «Batman» (1989), «Frantic» son las primeras que se me ocurren) quedando, obviamente, ¡atrapado en la azotea!; listo para despedirse de este planeta o bien saltando entre un techo y otro como personaje de un juego de video.

Las grietas del museo, reparadas después de un trabajo de 3 años removiendo once capas de pintura.

Una locación para la locución

«No comprendo cómo se me ocurrió decir esa tontería sobre el museo Guggenheim. Ese chistecito imbécil de que hay que ponerse patines paraverlo» – Woody Allen, en «Hannah y Sus Hermanas».

Representado en el cine en varias películas previamente a «The International», como  «Bye Bye Birdie», «Downtown 81″, entre otras, el Guggenheim de Nueva York aparecía en el cine casi exlusivamente como un establishing shot de Nueva York ( ah, estamos en la gran manzana) o el telón de fondo de conversaciones en su interior, en torno a su estructurante escalera en espiral que rodea el vacío, o bien dentro de sus criticadas salas de exposición, que antes de su inauguración, ya los artistas habían manifestado como inadecuadas, debido al ensombrecimiento y dificil colgado de sus pinturas en las salas de arte en favor exclusivo de la rampa circular infinita, que contiene la luz que entra através de la gran lucarna sobre el vacío central.

“The drawing and description of its plan that have appeared in the New York papers and other publications make it clear that the interior design of the building is not suitable for a sympathetic display of painting and sculpture.

The basic concept of curvilinear slope for presentation of painting and sculpture indicates a callous disregard for the fundamental rectilinear frame of reference necessary for the adequate visual contemplation of works of art” – Fragmento de la carta de un conjunto de  artistas al Museo Solomon R.Guggenheim antes de su inauguración.

N.Y. Planimetría original (Frank Lloyd Wright)

El disparejo y hoy un tanto aburrido Woody Allen, en su época de gloria cinematográfica hace unas décadas, lo presentó en la escena anterior, de la notable «Manhattan», justamente, utlizando únicamente las salas de exposición para un encuentro entre visitantes.  Un encuadre lamentable, hace que esta escena ocurra en casi cualquier museo del mundo.

El Guggenheim Mutante: The Cremaster Cycle

Rockettes

El artista Matthew Barney realiza cinco películas épicas-conceptuales-extravagantes llenas de danza (grabadas entre 1994 y 2002), prácticamente sin diálogos y con un costo millonario en diseño de vestuario, maquillaje, producción y locaciones. Cremaster Cycle 5 se desarrolla en el Guggenheim de Nueva York, cerrado por varios días para esta extraña grabación que lo transforma en sala de concierto, una especie de sede multinacional, una corporación, y otros espacios más surreales. Un diálogo con los musicales de los años 30’s en Hollywood (Busby Berkeley y compañía) y una muestra de postmodernismo audiovisual un tanto críptica. Quizás hay que ver las siete horas del ciclo completo (muchas de las películas son además cíclicas, pueden reproducirse en loop) para entender mejor el discurso de Barney.

Cremaster Cycle

Aquí un fragmento de la película donde aparece la secuencia de acción. Pueden tener un poco más de detalles en el sitio oficial.

Coming Soon

Para terminar, algunas imágenes de los museos que actualmente están construídos, y aquellos que se han proyectado para los próximos años, quizás futuras locaciones o edificios a replicar por esa máquina sorprendente llamada Hollywood.

Nueva York

Venecia

Bilbao

Las Vegas

Zaha Hadid

Guadalajara

Abu Dabi (Frank Gehry)