Discurso histórico vs cinematográfico: “El último samurai”

[ por: Pablo Daly ]

El fin de los Samuráis

Discurso Histórico

La época de 1870 a 1877 en Japón es conocida como el momento de desaparición y última resistencia de los Samuráis. Estos fueron unos guerreros feudales característicos del Japón feudal, con una tradición de aproximadamente 900 años de antigüedad. El nombre Samurai significa “El que sirve”.

Comenzaron sirviendo a clanes familiares y luego a señores feudales; en un principio, los Samuráis eran hijos de familias nobles. Usaban solamente arcos y flechas, montando a caballo. Con el transcurrir de los años agregaron a sus armas la Katana(espada ligeramente curva y larga, muy resistente) y la Naginata(lanza larga con una espada curva en la punta). Pronto, sus espadas fueron tan importantes para ellos que las consideraron «su alma».

Los Samuráis tenían un código de honor y valores muy altos, haciendose cargo siempre de lo que decían, ya que para ellos “decir” y “hacer” era lo mismo; ya que para ellos miles de cosas se ponen en marcha desde el momento en que se “dice” algo.

Estos guerreros feudales se caracterizaron por su código de honor conocido como “El camino del guerrero”, en japonés referido como Bushido, el cual estaba muy influenciado por el Budismo, Zen y el Confusionismo. Este tiene 7 pilares altamente valóricos:

  1. Honradez y justicia.
  2. Valor heroico.
  3. Compasión.
  4. Cortesía.
  5. Honor
  6. Sinceridad absoluta.
  7. Deber y lealtad.

Los Samuráis fueron separados de las otras clases sociales, como artesanos y labradores y se les permitía portar armas, pero no tener sus propias tierras, ya que ellos servían a un Señor Feudal (los Samuráis se aliaban al Señor Feudal que les ofreciese mejores recompensas y pagos por sus servicios).

Los Samuráis, en represalia contra la gente común, que si podían tener tierras, abusaban de ellos y los asesinaban, por lo que ellos considerasen una falta de respeto. La ley los respaldaba.

En 1853 los estadounidenses llegaron a Japón para ampliar su mercado y lo hicieron a la fuerza, usando su gran potencia armamentística. Los Samuráis no pudieron hacer frente a las armas de pólvora estadounidenses. Luego de unos años, EE.UU. obligó a Japón a firmar algunos tratados por los cuales integrarían la tecnología de occidente en su cultura. Esto hizo que el odio de los Samuráis fuese aumentando.

En 1860 los guerreros japoneses hicieron que el Emperador cobrase más poder del Shogun (líder militar), para que los Samuráis tuviesen un señor al que servir y así no ser Ronins (Samurai sin señor ni casa), amparándose en el supuesto poder divino del Emperador. Esta táctica no les resultó, ya que en 1867 asciende al poder el joven Emperador Meiji, el cual es convencido y manipulado por la potencia invasora de occidente.

En 1877, los Samuráis pierden la paciencia y se niegan a aceptar esta ampliación de la cultura de occidente, la cual está anulando su cultura. Novecientos hombres provistos de armas de pólvora, arcos y katanas se rebelan contra el Imperio Japonés, envenenado por Occidente, que los enfrenta armado y bien provisionado de armas de fuego dadas por EE.UU. Guiados por el gran Samurai, Saigo Takamori, se lanzan a la batalla, muriendo la mayoría y sobreviviendo tan solo trescientos hombres.

Luego, estos sobrevivientes se enfrentaron contra todo el ejército Imperial Japonés, que los comabte con armas de fuego muy avanzadas para la época. Los guerreros Samuráis mueren en el campo de batalla. Saigo resultó mal herido en el combate y fue asistido por dos de sus seguidores, los cuales lo llevaron a una colina cercana para que se quitase la vida (el honor que había sido manchado al ser derrotado) pero no puede hacer el Seppuku (ritual suicida el cual consiste un en Harakiri asistido por otra persona la cual, luego de que el suicida se ha hecho los tres cortes horizontales en el estomago y el corte vertical,  lo decapita con una katana para ahorrarle el sufrimiento) ya que está muy herido y no puede sentarse para cortarse el estómago. Sus seguidores le cortan la cabeza en varias partes para que el enemigo no la obtenga como trofeo.

Esta es la última aparición de los guerreros Samuráis, aunque algunos de sus valores y costumbres siguieron apareciendo a través del tiempo.

Discurso cinematográfico

Análisis del fondo:

La trama de la película nos cuenta la historia de Nathan Algren (Tom Cruise), un soldado norteamericano considerado un héroe, y contratado para entrenar al ejercito japonés en el uso de armas de fuego. En un principio vemos a este personaje en un estado deplorable, arrepentido de lo que ha hecho en las batallas en que a participado.

Con una culpa que lo persigue, se castiga a sí mismo, dejándose en ridículo y embriagándose. Cuando Algren es atrapado por unos guerreros y es llevado a su campamento, comienza su transformación al conocer al último Samurai Katsumoto. Con la ayuda de éste, puede aceptar sus culpas y hacerse cargo de lo que hizo en la guerra, superar sus pesadillas, cambiar su visión de mundo y tratar de ser una mejor persona. Esto se ve reflejado al final de la película, cuando se pone de rodillas frente al Emperador y le habla de la misma forma como los Samuráis le hablaban al Emperador; nos muestra que las enseñanzas, valores y sellos de una cultura siguen viviendo a través de la gente. El registro que queda de ellas no desaparece al matar a sus creadores.

Vemos en la película a los Samuráis como los últimos vestigios de la cultura japonesa antigua, la cual es hermosa, valórica y llena de principios correctos, pero que quiere ser eliminada en pos del modernismo y los avances de la civilización. Se trata de dejar atrás a los orígenes, cambiándolos por un pensamiento máquinal, una mente fría y calculadora que no es capaz de apreciar la belleza e importancia de la cultura transmitida por los Samuráis.

Las ansias por destruir a los Samuráis y su cultura es evidente en la batalla final, cuando Omura ordena mandar a toda la infantería en la batalla para borrarlos de mapa; y luego cuando Katsumoto y Nathan yacen en el campo de batalla, heridos, el mismo Omura ordena rematar a ambos en el piso.

El mensaje de esta película es esperanzador; cómo las culturas de nuestros ancestros pueden seguir viviendo y viven día a día con nosotros si es que somos lo suficientemente inteligentes y abiertos como para aceptarlas. Es un mensaje que sigue vigente hoy en día, el de no olvidar nuestros orígenes y de darnos cuenta de lo importantes que son para nosotros, que deben ser salvados, nunca borrados ni olvidados ya que todas las enseñanzas de las culturas originarias viven hoy en nosotros y se han traspasado de generación en generación y incluso puede ser que ni lo sepamos. Debemos de recibir nuestros orígenes con los brazos abiertos y no tratar de destruirlos, ya que no importa cuando tratemos, jamás desaparecerán.

Análisis de la forma:

Movimientos de cámara, tipos de plano y encuadre:

En esta película los movimientos de cámara son escasos, solamente se ven algunos paneos y travellings muy lentos que casi pasan desapercibidos, pero ayudan para resaltar la calma y parsimonia de las conversaciones y el pensamiento Samurai. Rara vez la cámara se aleja más que de un plano conjunto, normalmente ésta se mantiene en los planos medios, planos medios cortos y primeros planos. Esto se utiliza, por ejemplo, en las conversaciones de Katsumoto con Nathan Algren, logrando que el espectador preste más atención a lo que dicen ellos y del tema que conversan, que a la escenografia o los movimientos dentro del cuadro. Los tipos de cuadro ayudan a centrarnos en las conversaciones y se abren un poco para mostrarnos la villa de los Samuráis pero sin llegar a planos generales o grandes planos generales. En lo que es encuadre, está muy bien estructurado fijándose hasta en el último detalle y generando un orden tranquilo en la pantalla, de poco movimiento, pero atrayente.

Fotografía:

La iluminación en general es de exteriores: en el pueblo, bosque, calles, etc. Se usa una luz limpia que ayuda a resaltar los colores y las formas de los objetos (armaduras, caballos, árboles, katanas, flores, etc.) En los interiores la iluminación pasa a ser cálida, usando el color de la madera para volver semi rojiza las imágenes; aunqueo en un principio más oscuras. Esta oscuridad se nota cuando Nathan Algren está herido, luego de ser atrapado, y comienza a tener pesadillas en las noches; aquí la oscuridad logra generar un aspecto de caverna, un lugar cerrado y frío del cual no se puede salir. También se usa una iluminación un poco oscura y grisácea en las escenas que Katsumoto y sus Samuráis, junto con Nathan Algren, vuelven a la ciudad, generando un contraste muy grande entre el tipo de luz de la villa con el de la ciudad.

Arte:

Colores frescos y limpios en contraste con grises y negros, muchos detalles y texturas y elementos escogidos minuciosamente, es en general la propuesta de arte de “El último Samurai”. Para las escenografías de la villa de los Samuráis se usan colores vivos, verdes, rosados, celestes y blancos; también están presentes colores madera oscura y barro.

El vestuario del protagonista va cambiando de un traje de soldado americano, ajustado con varios adornos y botones, a un kimono simple, para luego pasar a su armadura. Esto refleja el cambio interno que Algren va teniendo al irse abriendo, dejando de estar tan cerrado (ropa ajustada) para escuchar y aprender de la cultura Samurai (usando un kimono suelto). Los colores de la villa contrastan mucho con los de la ciudad, en la cual hay colores apagados y sucios, con abundantes grises, blancos oscurecidos, negros y azul oscuro; el cual es el color de los uniformes de los soldados. En los vestuarios y en las locaciones están presentes una gran cantidad de detalles, como inscripciones en las espadas y las armaduras, los adornos en las murallas de las casas de la villa y los pisos de madera.

Sonido y Montaje:

En lo que respecta al sonido, en la película este se caracteriza por su suavidad en las escenas en la villa, con sonidos de viento, agua y caballos. Cuando practican con las espadas de madera, estas suenan de forma agradable al chocar entre sí, generando un sonido ni muy fuerte ni molesto. Las conversaciones se escuchan con claridad en un contexto bastante limpio, como ya se explicó antes. Esta tranquilidad de rompe en dos momentos; primero cuando Algren vuelve a la ciudad y finalmente, en la última batalla con el ruido de rifles, cañones y maquinaria.

El montaje de la película tiene cortes muy suaves que no interrumpen la acción y ayudan al desarrollo del guión de una forma clara y agradable. Muy bien usado está el recurso utlizado en algunas de las peleas; primero vistas a una velocidad regular, para pasar, luego de un movimiento especial, a una cámara lenta en otros ángulos que permite apreciarlas de mejor forma.

Discurso histórico vs. Discurso cinematográfico

Ambos discursos tienen puntos muy parecidos respecto a la forma en que se comportaban los Samuráis y como desaparecieron, pero también poseen algunas diferencias.

El discurso cinematográfico plantea a los Samuráis como seres perfectos, apegados a su código de honor, el bushido, y centrados en su cultura centenaria. La visión cinematográfica de los Samuráis es muy idílica ya que los muestra, como se dijo, como seres perfectos y serviciales, apegados a su señor y siendo corteses hasta con los enemigos, no dejándose llevar por los instintos ni las emociones.

En cambio la visión histórica de los Samuráis los muestra más humanos, creando alianzas por conveniencia con sus señores feudales, más que por honor y devoción. La historia nos presenta a unos guerreros maestros del combate pero que también aprovecharon su gran poder para obtener lo que querían de la gente común y asesinando, si así lo estimaban, cuando su honor había sido herido.

Al confrontar la Película vs. Historia, hay muchos detalles inexactos en la película pero los más notorios son:

Primero: El ingreso de armas de fuego a Japón fue contra la voluntad de los mismos japoneses, a esto se les impuso a la fuerza al aceptar los tratados de mercado, ya que los Samuráis no podían hacer frente a las armas de fuego estadounidenses. En cambio vemos en la película la aceptación de las armas de fuego y la influencia estadounidenses en Japón. Los únicos que rechazan esto son los Samuráis, cuando en verdad fue el pueblo japonés.

Segundo: La lealtad al Emperador establecida en la película se aleja de lo histórico. Los Samuráis prometían lealtad a sus señores feudales, pero la servidumbre al Emperador comenzó en 1860, es decir, 17 años antes de la aniquilación de los Samuráis. Se aliaron a el no por querer servirle, sino que por tener un resguardo en la divinidad del Emperador contra la influencia norteamericana. También en la película, Katsumoto dice que llevan muchísimos años sirviendo al Emperador, sin embargo, como ya se dijo, estos servían a señores feudales.

Tercero: En la película los Samuráis de Katsumoto no usaban armas de fuego ya que les quitaba el honor; pero históricamente, los Samuráis si acogieron el uso de armas de fuego para defenderse y matar a sus enemigos.

Comparación de Saigo Takamori con Katsumoto y la novela “El último Samurai”

El personaje del jefe Samurai Katsumoto, interpretado por Ken Watanabe, está basado en el personaje histórico de Saigo Takamori, el cual fue en verdad el último Samurai. Ambos personajes de gran honor, seguidores leales del código bushido y grandes líderes. La interpretación de Watanabe, como Katsumoto, lo hace increíblemente verídico como un líder Samurai de esa época. La creación del personaje de Katsumoto en base a Saigo Takamori es una recreación muy fiel del personaje histórico y su importancia.

El libro “El último Samurai” cuenta la historia de Saigo Takamori y como lideró a los Samuráis a su última batalla antes de morir. La película no se basa en la novela en si, sino que en el personaje de Saigo Takamori, no como personaje literario sino que como personaje histórico.

Opinión Personal

Ambos discursos, el histórico y el cinematográfico, plantean dos realidades que son casi idénticas, teniendo la misma visión de los hechos, pero se diferencias al tocar el valor moral de los Samuráis. Yo no le creo a ninguna de las dos por si sola, sino que a ambas juntas, lo cual explicaré a continuación:

Por naturaleza somos seres egoístas, narcisistas, que pensamos en nosotros mismos por sobre el resto, por ende el creer que todos los Samuráis seguían al pie de la letra el código bushido, como plantea la película, se me hace difícil e imposible; el creer en la perfección de todos los Samuráis, ya que el código Bushido en si ya es idílico. Pero tampoco puedo creerle a la visión histórica completamente, de que todos los Samuráis sólo estaban interesados en los beneficios que obtenían por el señor feudal, más que servirlo por el honor y los valores del código.

A modo de conclusión, creo en la visión de que los Samuráis fueron seres humanos con defectos y virtudes pero en ningún caso fueron 100% alguna de las dos cosas. Posiblemente algunos Samuráis hayan sido como plantea la historia, corruptos y aprovechados del poder, pero también tenían partes bondadosas y valóricas en ellos, tanto como seguramente hubieron Samuráis como los planteados en la película, llenos de valores, años de cultura, lealtad y honor, pero siendo humanos, también debieron de tener partes oscuras y defectos. Yo creo en la mezcla de los dos discursos, ni blanco ni negro sino que en tonos de grises.


*Pablo Daly López. De edad 20 años, peruano residente en Santiago de Chile desde 1991. Actualmente estudia Cine en la Universidad del Desarrollo.

Ficha Técnica: IMDB

Bibliografía:

  1. Wikipedia: Búsqueda de: Saigo Takamori”, “Samurai
  2. Sitio web.
  3. Documental de la película “El Último Samurái” disco de extras “History vs Hollywood” de History Channel.
  4. Documental “The Samurai” de History Channel, visto en Youtube, links a continuación: Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4, Parte 5, Parte 6, Parte 7, Parte 8, Parte 9, Parte 10.